miércoles, 22 de febrero de 2012

Un nuevo crimen contra el pueblo trabajador: Al menos 49 muertos y 550 heridos en la estación Once

Fecha: Miércoles 22 de febrero de 2012

¡Inmediata renacionalización de los ferrocarriles bajo gestión de los trabajadores y comités de usuarios!
(PTS, 22/02/12)

El dirigente nacional del PTS Christian Castillo, enterado del choque de un tren repleto de trabajadoras y trabajadores en la estación Once esta mañana, declaró: "Esto no fue ninguna desgracia casual, sino un nuevo crimen contra el pueblo trabajador sucedido apenas cinco meses después de la masacre sucedida en la estación Flores. Estamos nuevamente de luto por estas muertes y los cientos de mutilados, todo evitable. El gobierno es responsable por sostener las concesiones privadas que, como denunciaron delegados y trabajadores, no invierte en el mantenimiento básico de las viejas formaciones que día a día llevan a millones de trabajadoras y trabajadores que deben viajar como el ganado vacuno. Gran parte de los multimillonarios subsidios gubernamentales va a solventar la ganancia de grupos como TBA, integrado por el holding Cometrans, quienes gerencian el Sarmiento desde la época de Menem. En los casi 9 años de crecimiento económico récord, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner no revirtieron la destrucción de los ferrocarriles, manteniendo el negociado de las privatizadoras a costa de la vida de los trabajadores. Como sucede todos los días, antes de llegar a la terminal de Once los pasajeros se adelantan a los primeros vagones para salir con mayor rapidez de la estación y no perder los premios por presentismo que impusieron las patronales de todos los rubros, lo que hizo aumentar el número de víctimas. Estamos ante un crimen de un régimen social, el capitalismo, que debe perecer".

"El gobierno gasta 600 millones de pesos por año sólo para sostener a la Secretaría de Inteligencia, y otros tantos para sostener bases de datos y la estructura de infiltración de Gendarmería -Proyecto X-, todos para armar causas como las del Pollo Sobrero o los trabajadores de Kraft y Pepsico, mientras los trenes en los que circula el pueblo trabajador tienen más de 40 años de existencia".

"Exigimos el castigo a todos los responsables de la empresa TBA y de la Secretaría de Transportes de la Nación. La renacionalización de todos los ferrocarriles pasa a ser una necesidad de vida para el pueblo trabajador, para ponerlos bajo gestión de sus trabajadores y comités de usuarios, los únicos interesados de prestar un servicio eficiente y seguro para todos".

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miércoles, 8 de febrero de 2012

La lucha contra las medidas de ajuste del gobierno de Chinchilla y la necesidad de un programa para que la crisis la paguen los capitalistas

Paralelamente a las últimas medidas tributarias y presupuestarias impulsadas por el gobierno de Chinchilla, que combina por una parte el plan fiscal y los recortes de presupuesto en distintas instituciones, con el reciente aumento de 5 mil colones en el salario de los trabajadores públicos; ha recomenzado una lenta coyuntura de movilización y descontento social en el país.

Es que si bien es cierto el año 2011 transcurrió sin grandes movilizaciones,[1] por fin distintas organizaciones sindicales han comenzado a impulsar medidas contra los ataques impulsados desde la Casa Presidencial. Este es el caso por ejemplo de la primera reunión “nacional” de dirigentes sindicales en la ADEP (Asociación de Educadores Pensionados), el “piquete” del jueves 19 de enero convocado por el SEC en contra del injusto decreto salarial de 5 mil colones, así como la movilización al Ministerio de Trabajo del 25 de enero y la asamblea definida para el lunes 24 de este primer mes en la APSE, convocada por este sindicato en conjunto con un sector sindical más reducido agrupado en la Coordinadora Nacional de Lucha; que reaparece después de casi cuatro años.

Hay que decir que en el marco del inicio de la resistencia a los planes del gobierno, éste ha tratado por diversos medios de condenar toda movilización y demanda de un mayor aumento salarial. Por ejemplo Sandra Pisk, frente al reducido piquete hacia el Ministerio de Trabajo dijo que era “imposible” un mayor incremento en los salarios de los servidores públicos, y que cualquier ajuste lo terminarían pagando todos los costarricenses, colocando en perspectiva de choque al conjunto de trabajadores del sector privado con los públicos, que lamentablemente son una minoría de la clase trabajadora y que son los sectores que relativamente gozan de mayor estabilidad laboral y condiciones de vida.

Lamentablemente y como es de esperarse en estos casos, un sector mayoritario de las direcciones sindicales del país han apostado a movilizarse únicamente en contra del insuficiente aumento salarial de 5 mil colones; este es el caso por ejemplo de la ANEP de Albino Vargas, o el caso de ANDE, organización del sector magisterial que reúne cerca de 50 mil afiliados. Esta política ha dejado reducido a la impotencia al sector público que dicen representar, y todavía sin haber vuelto de vacaciones los docentes secundarios (la parte gruesa de los trabajadores del Estado), las acciones se han caracterizado por su debilidad.

Por esa causa los dirigentes que han convocado las movilizaciones han recurrido a la amenaza, planteando que de no dar respuesta el gobierno, se pospondrá el ciclo lectivo programado para este inicio de febrero.

La necesidad de un gran plan obrero y popular de acción para que la crisis la paguen los empresarios y su gobierno

Definitivamente lo que ha quedado al descubierto con las pequeñas acciones de finales de 2011 y principios de 2012 es que si bien son justas, no son ni suficientes ni obedecen a una orientación de conjunto correcta para acumular todas las fuerzas posibles contra el gobierno de Chinchilla.

Lo anterior lo sostenemos porque creemos que la dimensión de la crisis económica y política en curso requiere una respuesta que supere el “luchismo” sindicalista alrededor de una o dos consignas “que movilizan”, lo anterior es necesario junto a un programa y una estrategia para que la crisis la paguen los empresarios del país y su junta de negocios representada por el gobierno. Esta discusión va tanto dirigida hacia el grueso de dirigentes sindicales que nos parece que se han burocratizado e impulsan una política abierta de conciliación con el gobierno -ANEP, ANDE, por ejemplo- como hacia un sector ubicado más a la “izquierda” y que habla de “independencia de clase” agrupado en la CNL; que si bien en reuniones recientes ha reivindicado que la lucha debe trascender la demanda salarial, se ha resistido desde su dirección a definir un claro programa de combate contra el gobierno.

La CNL es un espacio de coordinación sindical encabezado por APSE,[2] que reapareció casi repentinamente tres semanas antes de que finalizara el 2011después de una Conferencia y una movilización el 13 de diciembre. Este espacio, compuesto -a excepción de la asociación de profesores- por casi una docena de pequeños sindicatos, se remonta a la lucha en contra del TLC con los Estados Unidos, y aunque tiene un discurso más de “izquierda”, lo cierto es que no ha significado una gran diferencia respecto a la política de “sindicalismo” clásico del resto de direcciones sindicales.

Es que mientras las direcciones de ANEP y ANDE -para nombrar los casos más emblemáticos- han decidido concentrarse denunciar el aumento de 5 mil colones, la dirección de APSE ha tomado exclusivamente hasta el momento la lucha contra el plan fiscal como su demanda central. Desde luego ambas luchas son justas, pero por sí solas no son suficientes para desencadenar todo el potencial posible en la movilización callejera.

El gran problema con la CNL liderada por APSE, además del grave hecho de que pueden asistir empresarios cuando gusten (como los de CRECEX, uno de los grandes sectores empresariales de exportadores, pero que se oponía a los nuevos impuestos), es que ha actuado prácticamente a tientas, improvisando, y con un espíritu más de reaccionar contra la política de los burócratas sindicales tradicionales que con el ánimo de construir un plan de lucha. Lo anterior puede demostrarse en el hecho por ejemplo de que en la reunión preparatoria de la marcha del 13 de diciembre convocada por ese espacio, desde la LRS planteamos que la lucha contra el plan fiscal no podía librarse en “abstracto”, sino que era necesario prepararse para enfrentar los despidos, las suspensiones y las rebajas salariales en el sector público y privado; y que en ese marco, era necesario mantener total independencia respecto a cualquier variante patronal, lo decíamos mientras mirábamos de reojo a los empresarios cómodamente instalados en el local de la APSE.

La respuesta a nuestra insistencia en librar una lucha contra todo lo que significa el plan fiscal, que involucraría muy probablemente alzas generalizadas en los precios de los servicios y bienes, fue respondida por Héctor Monestel –dirigente del MAS- con la pobre falacia de que no debíamos “hacer una carta al niño” y “diluir” demasiadas demandas. El compañero Monestel, fiel a su trayectoria sindical y política de apegarse a la consigna “que moviliza”, aunque reaccionó contra nuestra propuesta, lamentablemente no reaccionó igual frente a la asistencia de empresarios en la asamblea, posiblemente para “no romper la unidad” con los empresarios, como señaló posteriormente Ferreto desautorizando nuestros planteamientos.

El hecho es que si bien más recientemente la Presidenta de APSE y principal dirigente de la CNL -doña Beatriz- viene planteando que no es suficiente la lucha contra el insuficiente aumento salarial o contra el plan fiscal porque la crisis es demasiado profunda; pareciera que lo hace a la rastra de la necesidad de diferenciarse por “izquierda” de la burocracia sindical tradicional del país, lo que vuelve poco creíble que la CNL actúe como un referente de lucha y organización para los trabajadores del país que quieran participar de toda acción para que la crisis la paguen los empresarios y el gobierno que los representa.

Es que como si no bastara, a pesar de que APSE convocó a una nueva reunión el martes 24 de enero para acordar un “programa nacional anticrisis”, todo el encuentro consistió en intervenciones cuyo contenido era diferenciarse de la ANEP y ANDE, nombrar un “comité coordinador” bastante restringido a los “sindicatos” y acordar la acción del 25 de enero frente al Ministerio de Trabajo, en conjunto con las otras organizaciones sindicales. En resumen, a pesar del eje de la convocatoria no se definió absolutamente ningún “programa anticrisis” como estaba prometido.

Por un plan obrero y popular de acción en Costa Rica

Desde nuestra pequeña liga revolucionaria creemos que la crisis capitalista mundial en curso[3] se caracteriza por una profundidad que puede ser igual o mayor que la de la década del ’30. Recientemente en el Foro Económico y Social de Davos ante las preguntas de un periodista de que qué pasaría en Europa, si se salvaría Grecia, si se solucionaría la situación económica, etc; Henry Paulson respondió con tono severo que “nadie sabe qué pasará”.

La respuesta de Paulson -quien predijo hace casi cuatro años la quiebra de Lehman Brother’s- deja entrever que ni siquiera los economistas burgueses más reconocidos o prestigiosos del mundo son totalmente conscientes de la magnitud de la crisis económica, y que no han tenido más remedio que “patear hacia adelante” las tendencias más catastróficas, esencialmente a través de la intervención del FMI y el BCE en países con problemas de pago como Grecia, pero la gran contradicción es que no es una salida muy viable en el largo plazo, y lo que se vislumbra es la posibilidad de que las grandes potencias se vean forzados a dejar caer ya sea a grandes bancos e inclusive Estados, ante la imposibilidad de sostener planes de salvataje para quienes vienen más afectados, especialmente Italia, Portugal o el Estado Español.

A pesar de las tenues tendencias a la recuperación de la economía norteamericana, anunciadas por Obama en su “informe anual” de labores, la posibilidad de que quiebren grandes bancos en Europa o Estados, puede meter de lleno al viejo continente en la vía de la recesión, afectando de forma directa en Norteamérica y poniendo de forma instantánea un límite a la ya deporsí maltrecha situación económica yanqui. Pero esto no es todo, a la aguda crisis que azota a través los pueblos europeos, se suma la disminución del crecimiento económico de China, un país que -después de intervenir con inyecciones de recursos en su economía- venía absorbiendo buena parte de las exportaciones de los países de “tercer mundo” latinoamericanos y ayudando a que la crisis se desarrollara desigualmente, pues mientras en los países centrales la crisis impactaba fuertemente, en los semicoloniales continuaba el crecimiento económico. El rol de China como “contratendencia” a la crisis económica internacional, ha comenzado a agotarse.

Toda este repaso es necesario para afirmar que la profundidad de la crisis capitalista mundial exige respuestas tanto en el terreno de la acción concreta (marchas, paros, piquetes, etc) como en el del programa que estén acordes a la altura de las necesidades, esto por lo menos frente a la posibilidad de un escenario igual o más grave que el del 2008, que en Costa Rica se expresó en fenómenos como la huida patronal de Domino’s Pizza, los despidos masivos en la cartonera Envaco en Limón junto a decenas de otras empresas, o los recortes y rebajas salariales, que se impusieron sin ninguna consideración en el sector privado y que se llevaron adelante en el plano público a través del Plan Escudo.

Ante un escenario como el que señalamos, creemos necesario comenzar a divulgar por todos los medios posibles un programa que parta de la independencia de los trabajadores y sus necesidades inmediatas para hacer que la crisis la paguen los empresarios. Este programa creemos que se hará carne en primer lugar luchando contra el plan fiscal, denunciando el injusto aumento salarial que decretó el gobierno; pero sobretodo planteando salidas más de fondo, como que toda empresa que cierre o despida sea ocupada, estatizada y puesta a producir bajo control obrero, nacionalizando todas las ramas de la industria o la economía que se declaren en quiebra, derogando el TLC con EE.UU. que ha significado una mayor evasión fiscal y garantías sin límites para las grandes transnacionales, y apoyando las causas de todo sector oprimido que salga a la lucha; en la perspectiva de poner en pie a la clase obrera bajo su propia bandera.

Notas

[1] Esto a excepción de dos procesos de movilización: el 29 de setiembre protagonizado por los estudiantes de las Universidades estatales, centralmente la UCR y la UNA; y por otra parte la marcha del 13 de diciembre, apenas tres semanas antes de que terminara el año, impulsada por más de una docena de pequeños sindicatos junto con APSE, la FEUCR y otras federaciones estudiantiles.

[2] La APSE a su vez está liderada por Beatriz Ferreto Ferreto, vinculada al stalinismo histórico organizado en el Partido Vanguardia Popular.

[3] Ver artículo sobre el plan fiscal y la posibilidad de ajustes “a la Europea” en Costa Rica.



Una CNL con tareas pendientes

La Coordinadora Nacional de Lucha surgida alrededor de 2005 durante la lucha contra el TLC tuvo el mérito de emerger como un agrupamiento que esencialmente planteaba que la derrota del tratado debía darse en las calles y no precisamente en las instituciones gubernamentales como creía un sector más “institucionalista”. En ese marco impulsó importantes jornadas de movilización, como por ejemplo las de 2005, que unidas a las protestas contra RITEVE conllevaron a que el gobierno de Pacheco quedara diezmado tras una ola de renuncias en su gabinete, o las grandes movilizaciones de octubre de 2006 o febrero de 2007 contra el TLC.

Lamentablemente la CNL en los momentos decisivos de la lucha contra el convenio comercial, terminó cediendo al sector de la burguesía patriótica agrupado tras Eugenio Trejos y quienes se organizaban en el CPOF (Comité Político Facilitador), un espacio de “cúpula” con el que pactaban los principales dirigentes de la Coordinadora y que terminó usurpando la dirección del movimiento de oposición al TLC.

La suerte de la CNL quedó echada definitivamente cuando en una gran asamblea de trabajadores, estudiantes y activistas contra el TLC, -realizada el 13 de octubre del 2007 en el comedor de la UCR- sus principales integrantes colocaron en una mesa coordinadora a un Eugenio Trejos abatido y desmoralizado por su desastrosa política institucional para enfrentar al gobierno. Algunos dirigentes de la CGT, como por ejemplo Luis Salas, pidieron a Trejos contra su propia voluntad que por favor se sentara en la mesa de coordinación, junto a Patricia Ramos Con (PRT) y Jessica Barquero (MAS).
En aquella oportunidad, contrariamente a disputarle la dirección a los sectores más moderados, la CNL –con la CGT en su seno- actuó en el sentido de preservar la influencia de los sectores “patrióticos” sobre el movimiento de masas. Lo demás es bastante conocido: siguió la dispersión, desmoralización y desorganización obrera y popular en el año previo al inicio de la peor crisis económica desde los ’30.

Pero esto no es todo, el 30 de agosto de 2008 los principales dirigentes (junto al MAS, el PRT y la JS!) participaron de una asamblea popular, convocada nada más y nada menos que por Rolando Araya, Óscar Campos y un sector de los “Empresarios por Costa Rica”, en una muestra de que los principios como el de la “independencia de clase” no pasan de ser pura retórica para algunas organizaciones, incluso autoproclamadas como “trotskistas”.

La CNL de la actualidad tiene un menor peso por parte de una serie de sectores barriales y sindicales que tenían presencia durante la lucha contra el TLC, y tampoco existen los “comités patrióticos” –por pequeños que fueran-; pero todavía está a prueba que sea un espacio que sirva para luchar en los hechos bajo las banderas de la independencia de clase y un programa obrero y popular consecuente, desde luego en el marco de la unidad de fuerzas con todos los restantes sindicatos del país; y que no se convierta precisamente en una herramienta electoral para ningún oportunista, como sucedió en un pasado reciente.

Por la movilización obrera y popular contra el Plan Fiscal y los ataques de los empresarios. ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!


Por Bryan Brenes y Johanán León


Las movilizaciones organizadas por los empresarios agroindustriales, los de la educación privada, así como los de las propias zonas francas[1] “contra” los impuestos del Plan Fiscal durante los últimos meses, anunciaron de forma incipiente el programa que los distintos sectores burgueses preparan para descargar la crisis económica sobre los hombros de los asalariados y sectores empobrecidos de Costa Rica.

Es que los empresarios, utilizando como carne de cañón a transportistas independientes, estudiantes, así como trabajadores del sector manufacturero, tomaron las calles exigiendo la “no aprobación” del Plan de Solidaridad Tributaria que impulsa el gobierno desde principios de 2011 en el Congreso. Esta oposición de los empresarios[2] no se daba como producto de defender el nivel de vida de la mayoría de la población trabajadora costarricense, ni siquiera de los sectores que ellos mismos ponían en movimiento, sino más bien para evitar que una parte de los nuevos tributos fueran asumidos por los dueños de empresas dedicadas a distintos servicios, afectando con esto su tasa de ganancia.

Contrario al impresionismo de ver a “campesinos”, “estudiantes” o “trabajadores de la maquila” movilizados, pareciera que estas acciones las impulsaron los empresarios con el fin de cubrirse la espalda frente a un muy probable programa consistente en descargar generalizada pero desorganizadamente la crisis económica sobre los trabajadores, con o sin Plan Fiscal. Esta realidad parecen estarla confirmando los sectores que invierten en el campo de la educación, con su anuncio de que aumentarán aproximadamente entre un 4 y 10% el costo de sus matrículas, y con los aumentos que ya se vienen aplicando en algunas universidades privadas; a pesar de no haberse aprobado siquiera los nuevos impuestos, que según ellos, constituirían la causa de un incremento en el costo de sus servicios. Según el diario La Nación, abanderado de uno de los sectores empresariales que se oponen al plan fiscal varias universidades han implementado ya la subida de precios “Por ejemplo, la Universidad Hispanoamericana subió los costos de las materias en un 8%; aumentaron de ¢67.000 a ¢73.000”.

Entre tanto, Pablo Guzmán Stein, rector de la Universidad de Ciencias Médicas (Ucimed), dijo que el alza ahí ronda el 5%.” Mientras tanto “Otra institución que cobra más es la Universidad Metropolitana Castro Carazo (UMCA). Aquí, la matrícula es de ¢53.000 y la tarifa de cada materia quedó en ¢61.000.”[3]

Como puede verse ya los empresarios de la educación se adelantaron en las intenciones de un sector empresarial que apuesta a las alzas tarifarias para capear de alguna forma no tanto la disminución en sus ganancias que provocarían los impuestos, sino la contracción que ya comienza a presentarse en la economía nacional, muy dependiente tanto de Estados Unidos como de Europa para mantener su dinamismo y crecimiento.

Sin embargo este mecanismo no queda restringido a la educación privada, sino que sobretodo impactará directamente en el precio de producto básicos como los alimentos, comenzado por los productos agrícolas, supuestamente por el “incremento en los costos de producción” que significa la puesta en marcha del IVA, que además de incrementar el porcentaje del actual impuesto de ventas, comenzaría a gravar una serie de servicios intermedios actualmente exentos[4], esto sin duda golpearía enormemente sobre las condiciones de vida de los trabajadores y sectores populares[5].

De esta forma el beneficio para los empresarios agroindustriales[6] que producen desde el arroz hasta el azúcar es doble: mientras incrementan sus ganancias con aumentos de precios -detrás de los cuales sería un tanto inocente creer que se encuentran aumentos proporcionales de costos-, pagarán por materias primas y servicios tasas de impuestos preferenciales del 2% [7]. Tras la creciente presión de las cámaras empresariales, los empresarios de la construcción (uno de los más subsidios ha recibido durante los últimos años de parte del gobierno) también tendrán un trato privilegiado en materia tributaria, mediante el que pasarán varios años antes de verse afectados directamente por los nuevos impuestos.

Para rematar, el propio gobierno y sus jerarcas se han hecho eco de esta táctica, y a partir de las directrices de “austeridad” que ha girado Chinchilla, se incentiva el incremento en las tarifas de servicios básicos bajo el supuesto de mantener sanas las finanzas, lo que ya ha dado pie a que instituciones como el ICE -del que el gobierno toma millonarias sumas por la vía fiscal- planeen para este año aumentos abismales por ejemplo en la electricidad.[8]

Con lo anterior tratamos de mostrar que hayan o no impuestos nuevos en la Asamblea, es muy posible que los distintos sectores empresariales apuesten por las alzas tarifarias como forma de descargar su crisis sobre los trabajadores y sectores populares, intentando quedarse con una parte mayor del salario y los ingresos de las capas más empobrecidas.

Las dos razones de fondo parecen ser que, de aprobarse nuevos impuestos, los gastos serían recargados a los consumidores; mientras que si no hay impuestos, entraría en dificultades el Estado para seguir subsidiando a los empresarios como lo ha hecho tranquilamente todos estos años. Lo anterior afectaría las tasas de interés en el crédito (al aumentar las tasas de interés), y amenazaría al sector empresarial, que se quedaría sin la sabia vital de los recursos públicos para estimular sus negocios.

Con o sin plan fiscal se vislumbra un escenario “a la Europea” en Costa Rica

Pero los anteriores elementos son solo parte de un escenario más amplio y menos benévolo económica y políticamente, pues ya ciertas esferas burguesas, como la que representa el propio diario La Nación, vienen presionando por un “plan B” ante la parálisis del plan de reforma fiscal en la Sala Constitucional. Los editorialistas de este diario se quejan, ya que para ellos el gobierno “…no ha querido practicar una verdadera reforma del Estado, como sí lo han hecho otros países cuya situación fiscal se ha hecho inmanejable, incluyendo Grecia, España e Italia, donde se recortó el empleo público y redujeron los salarios de los servidores para compensar años de expansión real que no se correspondía con los verdaderos recursos disponibles.”[9]

Aún y con todo lo que significan los recortes de empleo público y salarios (mayor contracción económica y conflictividad social por ejemplo), los redactores de este periódico presionan por ajustes a la europea dentro de las fronteras costarricenses. Estas medidas, aunque inicialmente las exigen como “plan B”, lo cierto es que es muy complicado que no las lleve adelante el gobierno; sobretodo tomando en cuenta que los nuevos impuestos resolverían solo una parte del déficit fiscal y no el problema de conjunto (cerca del 1,8% del PIB respecto al poco más de 5% en que han estimado el déficit del 2010 y 2011), ante lo que el gobierno deberá actuar forzosamente en el sentido de los despidos y los recortes salariales. Y que no quepa duda de que tienen el estómago para intentarlo, pues ya lo llevaron a la práctica durante el 2008 en medio del primer pico de la crisis capitalista, a través de despidos masivos, suspensiones y rebajas salariales, y una variada serie de mecanismos para atacar las condiciones laborales como la flexibilización de las jornadas laborales que incluyó en su momento el llamado Plan Escudo de Arias, únicamente que en el sector privado.

La necesidad de una política de independencia de clase para que la crisis la paguen los capitalistas

En medio de este panorama, sin duda sigue teniendo gran importancia la lucha por tirar abajo el plan fiscal, pero confiar en el espejismo de que esta acaba con lo que defina la Sala IV si bien sería esperable desde la perspectiva de un parlamentario o algún escéptico de la movilización, se traduciría en un gran favor para el conjunto de los empresarios al neutralizar cualquier intento organización y movilización popular serio.

Por otro lado, sería criminal e inviable pretender llevar esta lucha adelante restringida al Plan Fiscal en sí, dejando de lado y para otro momento la movilización contra los aumentos de precios (incluidos los alimentos, servicios públicos como la electricidad, los transportes, entre otros), los ajustes y recortes en el sector público, y sobre todo los despidos y cualquier ataque a las condiciones de trabajo en las empresas privadas, donde se agrupa el grueso de la clase trabajadora; lo cual abriría enormes posibilidades de sumar aliados y ampliar cada vez más la lucha contra los planes del gobierno y el empresariado.

Por esto creemos que la única forma de impulsar efectivamente una lucha bajo estos ejes es partiendo de la organización y movilización de los trabajadores y sectores empobrecidos bajo una completa independencia de clase, es decir, de los empresarios y sus partidos políticos (impulsores unos del Plan Fiscal – PLN y PAC- o de los recortes y ajustes presupuestarios como el PUSC y el Movimiento Libertario[10]) , pues al mismo tiempo que estos no tienen ningún problema en hacer “frente único” con los sectores opuestos al plan fiscal e incluso utilizar a trabajadores y estudiantes para hacer presión a su favor tal como ocurrió el año pasado; siguen impulsando con todo el resto de ataques y medidas que desde su óptica representan la alternativa al Plan Fiscal del gobierno de Chinchilla.

A diferencia de algunas burocracias sindicales – y sus respectivos aprendices -, la burguesía y el gobierno ya comenzaron una verdadera guerra de clases poniendo en marcha los primeros mecanismos para intentar descargar la crisis capitalista sobre nuestras espaldas, demostrando que no van a titubear en sus acciones para preservar sus ganancias y negocios.

Apostamos junto con cada compañero y compañera que coincida con nosotros en esta perspectiva, por un plan de lucha que se dirija a hacer pagar todos los efectos de esta profunda crisis a los verdaderos responsables: los capitalistas.

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[1] “Lunes y martes: días clave para el plan fiscal”, Diario Extra, 14/11/2011

[2] Encabezada por los de las zonas francas.

[3] “Alumnos de “U” privadas pagarán entre 4 y 10% más este año”, La Nación, 8/1/2012

[4] “Gobierno cede a presiones de cámaras de la construcción e industriales ante el plan fiscal”, www.elfinancierocr.com, 11/11/2011

[5] Así, según lo que indica la misma nota, la ilusión populista para legitimar el paquete fiscal que tanto el gobierno como el PAC han intentado generar con la aparente ampliación de la canasta básica (bienes básicos exentos), muestra toda su falsedad pues todos los productos allí “exentos” de igual forma estarían en los hechos aumentando de precio, aparte de que como ya es conocido la condición de bienes exentos dentro del plan es temporal y puede ser modificada a conveniencia del gobierno una vez que estuviese aprobado el mismo.

[6] La imagen idílica del campesino pobre que produce y vende sus cultivos hace ya tiempo que fue transformada por la realidad capitalista prácticamente generalizada del obrero del campo explotado en enormes fincas.

[7] “Nuevo plan fiscal amenaza precios de los bienes básicos”, www.nacion.com, 17/10/2011

[8] “ICE pide aumento de 24% en tarifa de luz para vivienda”, La Nación, 30/09/2011

[9] “Alternativas al plan fiscal”, La Nación, 9/1/2012

[10] Ambos miembros de la Alianza por Costa Rica en la que participa el Frente Amplio a través de Jose María Villalta, con la mira puesta en cuidar “la semillita” de lo que para el FA sería una coalición electoral para el 2014 con estos partidos políticos. (“Tiempos de esperanza”, http://www.frenteamplio.org/?p=2219)

Convergencia regresa a la FEUCR después del fracaso “Progresista”


Por Bryan Brenes

En el pasado mes de diciembre después de una sorpresiva segunda ronda electoral en las elecciones para la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR), asumió el partido Convergencia para el directorio de esa organización para todo el año 2012. Esto luego de haber vencido 52.4% de los votos contra un 47.5% de Progre, en el marco de un ajustado resultado y más de 75% de abstencionismo por parte de la población estudiantil.

Con esta victoria los compañeros del MAS -que impulsan Convergencia junto a activistas independientes- se han asegurado su regreso nuevamente a una posición relativamente importante dentro del movimiento estudiantil, después de haber cesado su actividad casi por completo en la UCR durante el año 2011, cuando Progre estuvo en la dirección de la FEUCR sin haber promovido una sola movilización de los estudiantes.

Es que los compañeros militantes del MAS/Convergencia en la UCR (que tampoco esperaban la victoria!) ganan la contienda electoral no precisamente por haber significado en el último año una alternativa de lucha, sino por el acelerado desgaste que sufrió Progre. Hay que decir que Convergencia salió beneficiado en buena medida por la actividad que desplegaron los dirigentes de la JFA y sus amigos, que consistió en convertir a la Federación en una oficina auxiliar de las autoridades universitarias, ayudando a realizar los trámites de inclusión en la matrícula o impulsando numerosos foros “informativos” en conjunto con las autoridades de la UCR; lo que fue resentido por algunas franjas del movimiento estudiantil que castigaron a los “progresistas” por su pasividad y decidieron dar un voto a lo que muchos consideraban lo menos malo.

Entre las ilusiones y la realidad

Y es que a pesar de que los compañeros de la dirección del MAS dicen que reconstruyeron a Convergencia con su participación en el Encuentro de Mujeres Universitarias y el Congreso Universitario -y agregaríamos nosotros la marcha del 29 de setiembre, que utilizaron visiblemente para reunir a sus contactos y prepararlos centralmente para las elecciones que se acercaban- no nos dicen que precisamente que fue el desencanto con Progre el factor determinante para su victoria.
Lo anterior es necesario reintroducirlo en el balance porque ya el MAS/Convergencia estuvo durante 6 años dirigiendo la federación universitaria y perdió contra la juventud del FA en 2011, en medio de un importante descontento con su administración, que tuvo como una de sus pruebas decisivas la lucha por presupuesto para las universidades públicas; donde se impuso la política de las autoridades a pesar de las grandes movilizaciones. Más allá de los éxitos del MAS en los espacios institucionales, y los intentos pujantes que vienen haciendo por reconstruir relaciones sociales por abajo (sobre todo en las Asociaciones de Sociales, en conjunto con el PRT) pareciera que fue el estado de ánimo de los estudiantes lo que los ha premiado y castigado electoralmente, y decimos lo anterior porque actualmente existe cierta ilusión en que esta nueva gestión de Convergencia será diferente a las anteriores, aunque sea el mismo grupo, con los mismos métodos y la misma “tradición” con que gobernaron durante un sexenio.

Pero más allá de una Convergencia que ha resucitado gracias a la actividad institucional de sus dirigentes y al declive “progresista”, quienes tengamos y no tengamos ilusiones o fe en su administración, debemos estar dispuestos a unir fuerzas para reorganizar al movimiento estudiantil y prepararnos para retomar la movilización de los estudiantes a gran escala; especialmente en el marco de una situación política transitoria hacia mayores enfrentamientos entre las clases sociales tanto en el plano mundial como en el nacional.

A nivel mundial hemos visto como se han detonado profundos procesos revolucionarios que tienen su epicentro en el mundo árabe, las movilizaciones y huelgas generales en Grecia, el surgimiento del movimiento de los indignados en varios países europeos, el estallido del descontento en las barriadas más empobrecidas de Londres, el Occupy Wall Street, las movilizaciones de cientos de miles contra la reforma a las pensiones en Francia; o en Latinoamérica la lucha de los estudiantes chilenos, una de las más largas e intensas de los últimos años en el movimiento estudiantil latinoamericano.

Dentro de las fronteras nacionales hemos comenzado a ver cómo se ha desgastado el gobierno de Chinchilla en poco más de un año, teniendo que recurrir a crear conflictos internacionales como el de la Isla Calero, no solo para cumplir con el protocolo de sumisión que impone la Casa Blanca, sino para alcanzar la “unidad nacional” necesaria entre las distintas fracciones burguesas para descargar cohesionadamente sus ataques contra los trabajadores. Muchos elementos parecen señalar que este 2012 condensará las fricciones por arriba y la necesidad de la unidad más amplia entre “los de abajo” para responder a los ataques empresariales, sobretodo ante la posibilidad de despidos en el sector público, recortes presupuestarios o alzas generalizadas en los servicios como forma de atacar el salario en momentos de crisis económica.

Todas estas medidas estamos seguros que afectarán tanto a los trabajadores del país como a los estudiantes, entre ellos los de la UCR. Es por eso que le proponemos a los compañeros del MAS/Convergencia unir esfuerzos en el marco de la más absoluta independencia política respecto de las autoridades, el gobierno y los empresarios. Los instamos a impulsar en unidad con todos los grupos oficiales y no oficiales de la universidad el Encuentro Nacional de Estudiantes (que ya los compañeros vienen anunciando), permitiendo democráticamente la participación en su organización y convocatoria, para asegurar un verdadero encuentro de estudiantes que sea democrático, que sirva para discutir y armar al movimiento estudiantil frente a los desafíos que se ven cada vez más cerca.

Pero además de esta propuesta concreta -en la que esperamos estén de acuerdo nuestros interlocutores- desde la LRS llamamos a los estudiantes más activos y que forman parte de las franjas más conscientes y avanzadas políticamente dentro de la Universidad a que hagamos un serio balance de la actuación de las distintas organizaciones dentro del movimiento obrero y estudiantil, especialmente de los momentos decisivos; y así preparar una alternativa que supere la socialdemocratización de las organizaciones y el activismo institucionalista que ha prevalecido históricamente en la UCR en los últimos años.

A todos estos compañerxs lxs llamamos a construir un nuevo movimiento estudiantil, que sea combativo además de internacionalista e independiente de toda fuerza proempresarial, y que aprenda de las lecciones que ya nos dan lxs estudiantes y trabajadorxs que comienzan a luchar en otras partes del mundo, como por ejemplo en Latinoamérica y Europa.