jueves, 24 de septiembre de 2009

REUNIÓN DE EMERGENCIA EN SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO HONDUREÑO (VIERNES A LAS 16H EN EL AUDITORIO DE CIENCIAS SOCIALES, UCR)

Llamado urgente a todas las organizaciones obreras, socialistas, por los derechos humanos y de la izquierda:

Movilicémonos urgentemente en solidaridad con el pueblo hondureño hasta que caigan los golpistas

Estimados compañeros, desde el día lunes 21 de setiembre, en que el Presidente derrocado Manuel Zelaya volvió a Honduras, los acontecimientos se han acelerado bruscamente en el hermano país centroamericano. El gobierno de facto de Micheletti, a la vez que reprime salvajemente al pueblo en las principales calles de Honduras, oscila entre aceptar el diálogo y continuar con su régimen absurdo de terror y represión.

Los golpistas se siguen tambaleando, y solo se sostienen apoyados en el aparato militar y un sector de las clases medias altas y por supuesto un sector de la burguesía, que sigue sosteniendo que el desplazamiento del poder de Zelaya es parte de un proceso de sucesión constitucional.

Por primera vez en todos estos meses, la acción de los trabajadores ha avanzado de manera generaliza más allá de lo que sus direcciones, incluido Zelaya, les han demandado (“replegarse” y “mantener la calma”). Los trabajadores y los numerosos sectores del pueblo pobre hondureño han salido a enfrentar a la policía y al ejército, han salido a saquear comercios, y a defender su derecho a reunirse y a movilizarse por las calles. En estos momentos se cuentan por cientos los detenidos de la resistencia a manos de la policía y el ejército, la lista de muertos, tanto en enfrentamientos como en represiones selectivas, sigue disparándose.

Solo con una negociación, sea por la vía directa de la intervención del imperialismo norteamericano y la OEA, o mediante la firma de la Declaración de San José; puede salvarse el régimen de los golpistas. Es por eso que no solo se plantea a nivel de Honduras profundizar la movilización, los paros y las distintas acciones de la resistencia; sino que es necesario unificar todos sus esfuerzos hasta desembocar en una verdadera huelga general indefinida hasta derrocar a Micheletti y a los criminales que lo acompañan en su régimen de terror.

Pero ante todo es urgente la movilización más amplia a nivel internacional para rodear de apoyo y solidaridad la lucha del pueblo hondureño. Por todo lo anterior llamamos a todas las organizaciones democráticas, de derechos humanos y de la izquierda; a reunirnos de emergencia este viernes 25 en el Auditorio de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica a las 16h, para impulsar desde la Universidad acciones de solidaridad con la resistencia del pueblo hondureño y hasta lograr la caída de Micheletti y su pandilla de asesinos.

Es urgente que impulsemos activamente, la solidaridad más amplia con nuestro hermano pueblo hondureño. Insistimos en que es necesario que los compañeros de la FEUCR y el SINDEU, como organizaciones de la UCR -uno de los sectores más dinámicos históricamente acciones de solidaridad internacionalista-, convoquen a esta reunión de emergencia para emprender unificadamente grandes acciones, concretas e inmediatas de solidaridad en estos momentos cruciales.

Con saludos fraternales,
Liga de la Revolución Socialista

viernes, 18 de septiembre de 2009

Nueva Declaración de la FT-CI: ¡Ninguna conciliación con el imperialismo ni con los golpistas!

¡Ninguna conciliación con el imperialismo ni con los golpistas!

¡Abajo la farsa de las elecciones montadas para legitimar a Micheletti y a su régimen!

¡Por una estrategia obrera y popular independiente para derrocar a Micheletti y a los golpistas!

Después de dos meses de resistencia contra los golpistas encabezados por Roberto Micheletti y avalados por el imperialismo norteamericano y la propia OEA (que los legitimó en los hechos), la lucha del pueblo hondureño entra en momentos decisivos. En estos dos meses el movimiento de masas trabajadoras y populares de Honduras ha resistido la violenta represión y persecución a la que son sometidos por el gobierno. Es alentador cómo los trabajadores y un sector del movimiento de masas hondureño no han bajado los brazos y siguen enfrentándose al nuevo régimen surgido del golpe, en momentos donde éste intenta legitimarse con la realización de elecciones presidenciales a fines de noviembre. Hasta el momento, tanto la OEA como el gobierno norteamericano se negarían a reconocer al futuro gobierno surgido de estas elecciones; esto es lo que Micheletti está tratando de revertir.
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Un régimen golpista debilitado y aislado internacionalmente tratando de dar una imagen democrática: Entre la represión selectiva de la vanguardia y la preparación de la legitimación de las elecciones
El régimen de los golpistas encabezado por Roberto Micheletti se encuentra debilitado y desgastado, tanto en términos políticos, como especialmente en términos económicos. No sólo ha tenido que enfrentarse a varios cierres de fronteras y de aduanas de vital importancia para el comercio internacional, sino que se ha topado con el no reconocimiento de distintos gobiernos a escala internacional, lo que lo ha llevado a una suerte de marginación y aislamiento, más allá de los intentos de los golpistas por presentarse como los organizadores de una “transición constitucional” y a pesar del sostén que le siguió dando el imperialismo.
En lo estrictamente político, los golpistas tratan de dar la imagen de que en el país se vive un clima de normalidad democrática que respaldaría las elecciones. Y, aunque continúan las denuncias de violaciones a los derechos humanos, el Ejército no ha vuelto a reprimir movilizaciones masivas, después de Toncontín, sino que lo hace selectivamente en los sectores de vanguardia. Es por esto que, tras esta aparente “normalidad”, el régimen continúa su represión selectiva contra los dirigentes del movimiento de masas, y especialmente, de la resistencia al golpe.
Más allá del ambiente confuso que existe a nivel nacional, caracterizado por los rumores cruzados entre Zelaya y los golpistas, que crean en ocasiones la imagen de una polarización insalvable, lo cierto es que ha vuelto a tomar cuerpo la mediación de Óscar Arias y los Acuerdos de San José como una posible salida burguesa a la crisis, con ese fin Arias convocó a los candidatos a presidente a una reunión en Costa Rica.
El viernes 11 de setiembre, ante los fuertes rumores que corrían sobre que Zelaya estaba en la base militar de Palmerola, éste corrió a decir que aunque esa información era falsa “regresará en los próximos días, muy pronto”, para que Honduras “regrese a la paz, a la normalidad (...)". Y estas afirmaciones las finalizó diciendo que firmará muy pronto el pacto de San José, para “en el momento en que esté totalmente concertado el proceso (…), podamos nosotros estampar nuestro compromiso de cumplimiento en la ciudad de Tegucigalpa". Y Micheletti por su parte, mientras hace más complejo aún su teatro “democrático” y sus “disputas” con Estados Unidos, ha salido a reafirmar que la Declaración de San José (con la que coincide) es una muestra de que Costa Rica quiere ayudar y resolver la situación política de Honduras.
Es que, independientemente de los insultos y la retórica de uno y otro bando, lo cierto es que ya Zelaya ha puesto como garantía de su regreso la continuidad de las reuniones permanentes que ha sostenido con el Departamento de Estado Norteamericano. Un hipotético regreso de Manuel Zelaya, en el marco del Acuerdo de San José, serviría para legitimar las elecciones, garantizar la impunidad a los golpistas y el control efectivo del aparato del Estado a quienes siempre lo han dominado, con un Zelaya atando de pies y manos que ya no podría siquiera intentar convocar a una Constituyente (pues la Declaración de San José lo prohíbe expresamente). Sin embargo éste es sólo un escenario posible. El otro es que los golpistas intenten mantenerse como hasta ahora, con el apoyo de un sector de la derecha norteamericana, aspirando a transformar las elecciones y el próximo gobierno en un hecho consumado. Tampoco se puede descartar que, en medio de este escenario, surjan acciones de resistencia de carácter espontáneo, motivadas por el repudio electoral (como ha sucedido en Choluteca) o contra la posibilidad de que los golpistas queden impunes. De darse estas acciones, también podría abrirse un escenario caracterizado por una mayor represión con un escenario más polarizado y dinámico.
Ante las distintas variantes planteadas, es necesaria una estrategia obrera e independiente que ayude a orientar la lucha del pueblo trabajador hondureño y su vanguardia (“la resistencia”) hacia el camino del derrocamiento de los golpistas y la derrota del imperialismo norteamericano.
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Ninguna participación en el circo electoral golpista: boicot activo a las elecciones
El régimen de Micheletti, que utilizó la estrategia de mediación del imperialismo norteamericano (implementada a través de la mediación de Óscar Arias y la “Declaración de San José”) para ganar tiempo y consolidarse, ahora viene impulsando una costosa campaña electoral que tiene como principales objetivos legitimar el golpe militar y el régimen surgido de éste, así como descomprimir la movilización de masas y evitar que éstas tomen un camino radicalizado que pueda quebrar a los golpistas.
Mientras las cadenas noticiosas del imperialismo como CNN transmiten al mundo la imagen de una Honduras que celebra unos comicios electorales que “podrían poner fin a la crisis”, en las principales ciudades hondureñas siguen las movilizaciones, algunos enfrentamientos con la policía y las fuerzas del ejército (Choluteca); y siguen decretándose importantes paros nacionales convocados por las principales centrales sindicales del país. Además, durante estos dos meses de lucha, determinados sectores obreros, campesinos y populares han tomado otras demandas, junto con la lucha contra el golpe. Los campesinos en el norte del país, que hoy están sufriendo mayor represión, procedieron a la toma y ocupación de tierras, protagonizando duros enfrentamientos contra los latifundistas; los trabajadores de la ciudad ahora no sólo marchan por el regreso de Zelaya, sino que se han visto forzados a movilizarse para defender las libertades democráticas más elementales recortadas por el régimen de facto: la libertad de reunión, de prensa, asociación, e incluso hasta de circulación. Los trabajadores de la salud, han protagonizado la toma de varios hospitales en Tegucigalpa, eslabonando demandas propias de su sector (como la amenaza de la gripe “porcina”), con la lucha directa contra el nuevo orden impuesto por Micheletti. Y los trabajadores de la empresa de energía (ENEE), en el marco de su lucha contra nombramientos arbitrarios de funcionarios (vinculados al gobierno de facto) que recibirían salarios exorbitantes; han avanzado hasta ocupar las oficinas centrales de la empresa de la energía, logrando parar los nombramientos desde arriba que intentó hacer Micheletti, entre otros casos.
Por otro lado, el sector de los docentes, que ha sido uno de los más dinámicos desde los primeros días que siguieron al golpe, sin duda la disposición del magisterio a seguir adelante es un elemento dinamizador de la lucha de la resistencia y al interior del Frente, recientemente decretó un paro nacional para el 7 y 8 de setiembre, en una muestra de que a pesar de la represión y las condiciones adversas para el movimiento de masas, se puede seguir luchando contra el golpe.
Las acciones de lucha y las crecientes demandas gremiales así como la lucha por la tierra, y sobre todo la entrada en escena de métodos más radicalizados como los que se mencionaban antes; pueden dirigirse, de ser generalizados y unificados, hacia la caída revolucionaria del régimen. Pero es necesario que la lucha contra el golpe se extienda a todos los sectores obreros y populares y se transforme en acciones que puedan golpear decisivamente en las ganancias de los capitalistas y el régimen. Es necesario poner en pie comités locales de la resistencia que organicen y coordinen el rumbo político de la resistencia y las acciones y que el Frente Nacional contra el Golpe de Estado funcione con delegados votados y que sean revocables por sus bases en cualquier momento que sea necesario, para fortalecer la lucha. Ante la posibilidad de que se consolide en el tiempo un régimen golpista avalado por un proceso electoral fraudulento, es necesaria la más amplia unidad en las acciones para enfrentar esta trampa; comenzando en primer lugar por desconocer, no participar, y sobretodo boicotear las elecciones nacionales del próximo 29 de noviembre, en el marco estratégico de poner a la clase trabajadora con sus métodos en el centro de la acción. Sólo con una poderosa huelga general y la entrada en escena de los trabajadores estatales y privados, de los obreros agrícolas y jornaleros del campo con el apoyo de los campesinos pobres y los sectores populares de las ciudades, será posible acelerar el aislamiento de Micheletti respecto al conjunto de la sociedad hondureña; pero sobre todo, se podrá golpear las ganancias de los capitalistas nacionales e imperialistas, y derribar el régimen golpista.

Abajo el golpe. Por una Asamblea Constituyente Revolucionaria
Las organizaciones que integramos la Fracción Trotskista Cuarta Internacional peleamos junto al pueblo hondureño por derrotar al gobierno de Micheletti y acompañamos su lucha por el retorno sin ninguna negociación ni condiciones de Zelaya. Pero alertamos que Zelaya y el bloque del ALBA, encabezado por Chávez, se subordinaron a la política de la OEA, y por tanto del imperialismo, de negociar con los golpistas y terminar aceptando, las condiciones impuestas en los Acuerdos de San José, más allá de la retórica de Chávez de haber alertado a Zelaya de esta trampa, entre ellas la conformación de un gobierno de unidad nacional con los golpistas, la amnistía para los que dieron el golpe, asesinaron y torturaron, así como la renuncia a convocar a una Asamblea Constituyente. Con la aceptación de los Acuerdos de San José y el posible aval del imperialismo, Zelaya se propone para evitar que la decadencia del régimen pueda generar una lucha consecuente de las masas contra los golpistas y contra el conjunto de la institucionalidad burguesa hondureña; comenzando por el boicot generalizado a las elecciones del próximo noviembre. De esta manera, su retorno permitiría dejar intacto el reaccionario régimen de la Constitución de 1982 y a las instituciones usadas por los golpistas, del que el propio Zelaya forma parte. Por eso hoy más que nunca creemos que la salida pasa por aprovechar la debilidad estratégica del régimen impulsando una salida obrera independiente, que se apoye en las fuerzas de los trabajadores de la ciudad y del campo, los campesinos pobres, los jóvenes, las mujeres que vienen enfrentado la represión y los sectores populares. La experiencia de estos dos meses y medio de lucha indica que ni la diplomacia secreta, ni las negociaciones por las alturas, servirán para una victoria de los trabajadores hondureños contra los golpistas.
La estrategia de Zelaya de confiar en el imperialismo y de mantener una resistencia pacífica para “presionar” a los golpistas a aceptar la negociación, agitando el fantasma de “no provocar la represión”, sólo sirvió para envalentonar a la derecha, dejando a las masas populares inermes frente al accionar de las fuerzas armadas, la policía, los grupos de choque, con el asesoramiento nada menos que de Billy Joya, el jefe de los escuadrones de la muerte de la última dictadura durante los siniestros años ochenta, y el apoyo logístico de la base norteamericana de Palmerolas. La política del gobierno de facto de represión selectiva, el ataque a los medios de comunicación antigolpistas, los asesinatos durante estos dos meses, que según las organizaciones de derechos humanos se cuentan ya por varias decenas, las violaciones de mujeres a manos de los militares y la policía, las torturas y las detenciones, así como el reciente ataque con bomba a las instalaciones del Canal 36 (Cholusat Sur), exigen en forma urgente la organización de la autodefensa obrera y popular, en la perspectiva de organizar las milicias obreras, campesinas y populares que puedan no sólo garantizar la defensa de las masas en lucha sino dividir la base del ejército, ganando a los soldados y la tropa, que hoy permanecen bajo el mando de la oficialidad golpista.
La única perspectiva realista es profundizar la movilización, generalizar los bloqueos y organizar una verdadera huelga general indefinida hasta derrotar el golpe. Hasta el momento, los miles de trabajadores de las maquilas son rehenes de la patronal y los golpistas. Micheletti y los grandes empresarios maquileros vinculados a la exportación de textiles hacia los Estados Unidos, han explotado su posición dominante y hegemónica dentro de la empresa privada para aterrorizar a los obreros y movilizarlos a favor del golpe, bajo la amenaza de ser despedidos, aprovechando que es un sector desorganizado de la clase obrera. Desde el golpe de Estado, los capitalistas hondureños han despedido a 6000 trabajadores, ya que decidieron cerrar unas 58 empresas. Es imprescindible que las centrales sindicales y el Frente Nacional contra el Golpe de Estado, tengan una política para ganarse el apoyo de los batallones clave de la clase obrera nacional, especialmente el caso de los trabajadores de la empresa privada, los cuales, además de su posición medular en la producción de las mercancías necesarias para la vida; son la mayoría aplastante de la fuerza laboral del país. Para esto es necesario que la dirección de la resistencia levante un programa que ligue claramente la lucha contra el golpe a la lucha contra la burguesía hondureña y el imperialismo.
Los partidos patronales y las instituciones del régimen, el Congreso, la Corte Suprema de Justicia, las Fuerzas Armadas y las iglesias católica y evangélica, además de la patronal, están comprometidas con el golpe y con la constitución de 1982 redactada bajo tutela imperialista, a la salida de la última dictadura. Es necesario demoler este régimen patronal y proimperialista, y que un gobierno provisional de las organizaciones obreras y campesinas antigolpistas convoquen a una Asamblea Constituyente Revolucionaria que ponga en discusión la organización del país; que tome la resolución de las demandas de los campesinos sin tierra, mediante una profunda revolución agraria que liquide los residuos semifeudales y de servidumbre que prevalecen en el campo; y que abra la perspectiva de romper con la opresión imperialista histórica que ha sufrido el pueblo hondureño. Las ocupaciones de tierra en el norte del país, combinadas con la acción de los trabajadores de la ciudad; reflejan con toda claridad que sólo mediante la alianza más estrecha entre los trabajadores de la ciudad y del campo junto a los campesinos pobres, será posible romper con el atraso, la opresión y la miseria del país. Esto significaría un enorme paso adelante en la experiencia de los trabajadores, los jornaleros del campo, los campesinos pobres y los sectores populares hacia la lucha por un gobierno obrero, campesino y del pueblo pobre basado en organismos de autodeterminación de masas.

Por la movilización en toda América Latina contra el golpe en Honduras
Sólo la acción independiente y radicalizada de los trabajadores y el pueblo pobre hondureño, en conjunto con la movilización más amplia en Latinoamérica; pueden lograr una caída revolucionaria de los golpistas. Es necesario redoblar los esfuerzos y organizar la solidaridad de los pueblos del continente en la lucha contra el golpe. Chávez, Evo Morales, Ortega y otros líderes del ALBA sólo han hecho declaraciones, pero lejos de llamar a la movilización generalizada activa en todo el continente, han permitido en los hechos, más allá de la retórica, que el imperialismo lleve adelante su política de negociación, alentando de esta manera ilusiones en el gobierno de Obama, el mismo que acaba de instalar siete nuevas bases militares en Colombia.
Si la derecha y Micheletti se legitiman y consolidan definitivamente en Honduras, una nueva correlación de fuerzas puede surgir en Latinoamérica, más favorable para el imperialismo norteamericano y su ofensiva sobre los pueblos del subcontinente. Pero una victoria de los trabajadores, los campesinos y el pueblo pobre hondureño, sería un ejemplo para frenar al imperialismo y a las burguesías semicoloniales de la región.
Desde la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional ponemos todas nuestras fuerzas a disposición de la lucha contra el golpe de Estado en Honduras y por la victoria de la resistencia. Llamamos a desplegar la movilización más amplia a nivel internacional hasta que caigan los golpistas y a llevar adelante la solidaridad internacionalista.
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Fracción Trotskista - Cuarta Internacional:

PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas) de Argentina
LTS-CC (Liga de Trabajadores por el Socialismo - Contracorriente) de México
LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia
LER-QI (Liga Estrategia Revolucionaria) de Brasil
Clase contra Clase de Chile
LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de Venezuela
LRS (Liga de la Revolución Socialista) de Costa Rica
Clase Contra Clase del Estado Español
FT Europa

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Llamado a la movilización más amplia en Costa Rica hasta que caigan los golpistas


Por la movilización más amplia en Centroamérica y Costa Rica hasta que caigan los golpistas en Honduras

Convirtamos a la Universidad de Costa Rica en un motor activo de solidaridad internacionalista con la resistencia

Solo con la movilización más amplia en Latinoamérica derrotaremos a los golpistas

1) En el marco de la VI Conferencia Internacional de la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional (FT-CI), realizada en Buenos Aires durante más de una semana desde el 8 de agosto, hemos acordado impulsar una gran campaña internacionalista contra el golpe de Estado en Honduras, perpetrado por la derecha hondureña y en claro asocio con el imperialismo norteamericano. Durante más de dos meses de heroica resistencia del pueblo hondureño, nuestras distintas organizaciones han impulsado actos en solidaridad con la resistencia, convocando a concentraciones y movilizaciones frente a las embajadas de Honduras o Estados Unidos en países como Argentina, Chile, México, Brasil, y otros donde actuamos. Luego de discutir en el marco de la VI Conferencia sobre la situación de Latinoamérica y las perspectivas que se abren con el golpe en el hermano país centroamericano, hemos asumido como una de nuestras tareas vitales a nivel internacional, impulsar con todas nuestras fuerzas la movilización más amplia hasta que caigan los golpistas, tal como lo hicimos en su momento contra la guerra en Irak en el 2003, o en apoyo a la Comuna de Oaxaca en México durante el 2006. Entendemos que el golpe de Estado en Honduras, podría definir una nueva relación de fuerzas en toda América Latina. El golpe de Estado pone a la orden del día la necesidad de la unidad más amplia en la acción, como condición insustituible para impulsar la movilización de las masas contra el golpe a nivel internacional.

2) Aunque el Plan Arias y la “Declaración de San José”, junto a la actuación timorata del propio Zelaya le permitieron ganar tiempo a Micheletti y a sus allegados, la resistencia del pueblo hondureño no ha sido vencida. A pesar de los vaivenes de Zelaya, que desmoralizó al movimiento de masas en varios períodos con su indecisión y con su estrategia de regreso “diplomático” (negociado desde las alturas entre organizaciones como la OEA, Óscar Arias, Hillary Clinton y los golpistas) a la presidencia, las masas siguen heroicamente en las calles. A pesar de los límites impuestos por Zelaya y la dirección pacifista del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado al movimiento de masas, los trabajadores, los estudiantes y el pueblo pobre siguen dando muestras de una enorme combatividad.

3) No exageramos si afirmamos que en Honduras en estos momentos se define una nueva correlación de fuerzas en América Latina. En los últimos años la derecha ha venido asomando la cabeza con fuerza en el subcontinente, como lo demuestra el fortalecimiento de una oposición burguesa de ultraderecha en los departamentos de la Media Luna en Bolivia, como ha sucedido en Argentina con el fortalecimiento en el último período de la oposición sojera (grandes terratenientes y agroindustriales), o más recientemente como ha venido sucediendo en Centroamérica y especialmente en Nicaragua (con el fortalecimiento de Montealegre), o en Guatemala como recientemente se vio con el caso Rosemberg. En Honduras los sectores burgueses más pro imperialistas lograron asestar uno de los primeros golpes que ya venían ensayando a nivel internacional en los últimos años, y el imperialismo norteamericano se ha demostrado como uno de sus principales pilares, más allá de sus pronunciamientos vacíos por la democracia y a favor del “orden institucional”. La victoria o la derrota del movimiento de masas hondureño, podría abrir una nueva correlación de fuerzas en la región, lo que nos pone a los revolucionarios ante una prueba de fuego ante los primeros embates de la peor crisis capitalista en 80 años. Estamos frente al primer golpe militar en poco más de tres décadas, y esto no solo pone a prueba el programa de los revolucionarios, sino la propia capacidad de respuesta en la realidad de la lucha de clases.

4) Todos los elementos de la situación actual parecen indicar que estamos asistiendo a los inicios de la decadencia política del chavismo como corriente política de peso entre amplios sectores de la vanguardia y las masas latinoamericanas. El proyecto nacionalista burgués de Chávez, no solo se ha demostrado incapaz en su propio país de darle salida a las demandas históricas de los trabajadores y el pueblo pobre; sino que ha confirmado su incapacidad de enfrentar consecuentemente al imperialismo, demostrándose totalmente impotente tan solo para enfrentar un golpe de Estado sostenido por el imperialismo y la derecha en un país como Honduras. Chávez no solo entregó primero en bandeja de plata la mediación frente al golpe a la OEA y a Hillary Clinton (después de decir que iba a quebrar “desde afuera y desde adentro” a los golpistas), sino que se ha demostrado incapaz de convocar a grandes acciones de masas en los distintos países donde ha tenido influencia. Esto solo significa mayores responsabilidades para los revolucionarios, y nuevos desafíos para enfrentar al imperialismo y la reacción burguesa latinoamericana.

5) Como ya se adelantaba, la situación vivida en Honduras amerita que impulsemos las más grandes acciones posibles, como en los mejores tiempos de la campaña internacional contra la guerra en Irak, o más recientemente la solidaridad con los trabajadores y el pueblo pobre que sostuvieron a la Comuna de Oaxaca. La diferencia ahora, es que la situación abierta en Honduras es de vida o muerte para los trabajadores y los pueblos pobres de Latinoamérica, y especialmente para los revolucionarios y sus organizaciones; incluida Costa Rica, que directa e indirectamente se ve arrastrada a los acontecimientos de la lucha de clases en la región, como sucedió durante los ’70 y ’80, y ahora con el régimen golpista (legitimado abiertamente por el imperialismo norteamericano a través de Óscar Arias).

6) Aunque luego de los primeros días del golpe militar surgió en Costa Rica un “Comité de Solidaridad con el Pueblo Hondureño”, y a pesar de su indiscutible progresividad, este no ha logrado vincularse por ejemplo con los miles de trabajadores afiliados a los sindicatos, o los estudiantes universitarios o secundarios. Esa situación preocupante (en donde la movilización más grande fue de casi 100 personas hacia la casa de Óscar Arias cuando comenzaba el diálogo entre las delegaciones de Micheletti y Zelaya) puede tener su explicación para los primeros días y semanas siguientes al golpe, ya que habían vacaciones en secundaria y en las principales universidades del país; pero en estos momentos, con las lecciones ya iniciadas en la secundaria y en las universidades, es más difícil argumentar por qué no hemos sido capaces de poner en pie un gran movimiento de los trabajadores, los estudiantes y la juventud contra el golpe.

7) Recientemente los compañeros del MAS, que dirigen la federación universitaria de la UCR, organizaron y convocaron a un concierto con la asistencia de unas 6 mil u 8 mil personas, alrededor esencialmente de la demanda de un 8% del PIB para la educación. A la vez que no dejamos de saludar esta importantísima iniciativa, que compartimos y estamos dispuestos a potenciar todo cuanto podamos, adquirimos conciencia de que los compañeros del MAS, desde la dirección de la federación podrían convocar a grandes acciones, incluso con el eje del repudio al golpe de estado y a la solidaridad con el pueblo de Honduras. No se puede descartar la posibilidad de impulsar este tipo de grandes acciones (como grandes encuentros, festivales, conciertos, etc), pero esta vez bajo las banderas de un internacionalismo activo, contra el golpe de y en apoyo a la resistencia.

8) Es necesario un espacio permanente, compuesto por estudiantes y trabajadores de la UCR, que sirva como un instrumento de organización y movilización contra el golpe. Hasta el momento se han dado algunas actividades, como las impulsadas en su momento por el Consejo de Estudiantes de Sociales (CES), pero igualmente se han reducido a las asociaciones estudiantiles de C.S o a los activistas políticos de los distintos grupos, todavía más cuando se realizaron durante las vacaciones. Un espacio permanente y que aspire a dirigirse a las decenas de miles de estudiantes, sigue siendo una necesidad en la UCR. Es necesario llenar la UCR de muestras de solidaridad con la resistencia del pueblo de Honduras. Es por eso que le hacemos un llamado a los compañeros del MAS, JS, POS, a la JR a que lo impulsemos juntos, en frente único con todas las organizaciones estudiantiles, sindicales y de derechos humanos para expresar en toda la Universidad (con todos los métodos posibles) nuestro repudio al golpe de estado y nuestro apoyo a la resistencia del pueblo hondureño. Esperamos su respuesta con la urgencia del caso, para unir fuerzas y desarrollar la más amplia movilización hasta que caigan los golpistas.

Con saludos fraternales,
Liga de la Revolución Socialista

Lunes 31 de agosto de 2009

Se realizó la VI Conferencia de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional


por : Fracción Trotskista - Cuarta Internacional
Jueves 20 de agosto de 2009

Durante más de una semana se reunieron en Buenos Aires delegaciones de las organizaciones hermanas de Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, México, Costa Rica, Venezuela, Francia (incluyendo los delegados del ex Groupe CRI) y el Estado Español para participar de la VI Conferencia de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional. Los principales temas abordados, con una intensa y productiva discusión fueron: Situación mundial, América Latina, la lucha por la Cuarta Internacional y las vías para su reconstrucción, y la discusión sobre la situación nacional y la construcción de la FT en los distintos países (Argentina, Brasil, Francia, Venezuela, Bolivia, México, Chile, Costa Rica, etc.). Como base para la discusión se presentaron dos documentos centrales: “A casi un año de la caída de Lehmann Brothers. Situación y perspectivas de la economía mundial”, y “La importancia del programa y el álgebra de nuestra construcción”. Además, se presentaron documentos nacionales y de construcción por cada uno de los grupos de América Latina y Europa y se contó con aportes sobre “La coyuntura latinoamericana” y “La lucha por la IV Internacional y el internacionalismo orgánico” además de contribuciones de los camaradas de Francia. La reflexión común y las intervenciones de los delegados permitieron, no sólo profundizar la elaboración colectiva, sino constatar el dinamismo y desarrollo de los jóvenes equipos dirigentes de nuestras organizaciones. Presentamos a continuación, de forma muy condensada, algunas de las principales discusiones de esta conferencia.

El Año I de la crisis mundial
Honduras y las tendencias en América latina
La lucha por la Cuarta Internacional y la vanguardia obrera