jueves, 29 de enero de 2009

Francia frente a la crisis económica: Buen comienzo en el primer test de fuerza contra Sarkozy


Por Juan Chingo desde Francia
La jornada de acción de hoy en Francia ha sido masiva: según la policía más de un millón de personas han participado en toda Francia y 2.500.000 según la CGT. Cuantitativamente, está a la altura de las grandes manifestaciones que hicieron retroceder al gobierno en 2006 en la lucha contra el CPE (contrato primer empleo) o más atrás aún, en 2003, la lucha por las jubilaciones y las de 1995 contra Juppé frente a la reforma del régimen especial de los ferroviarios y la RATP (metro y transporte urbano) y la seguridad social; aunque probablemente de magnitud ligeramente menor a la última de ellas. Sin embargo, comparada con esas acciones, lo novedoso de la acción de hoy (y potencialmente significativo) es:

1° La participación creciente como no se veía en mucho tiempo de los trabajadores de las empresas privadas, industriales o de servicios, grandes multinacionales como el gigante del acero Arcelor Mittal, las empresas automotrices Peugeot Citroën, Renault Ford, la gran empresa de neumáticos Michelin, el grupo medioambiental Veolia, la compañía privada de teléfonos Free o los grandes supermercados como Carrefour u otros comercios mayoristas como la Fnac y Galeries Lafayette. También participaron, aunque no organizados, asalariados de pequeñas Pymes (según puede verse de los testimonios directos o de los medios de los cortejos). Desde este punto de vista es la manifestación de participación obrera o asalariada de los trabajadores públicos (donde hay que recalcar una fuerte adhesión de los docentes y trabajadores de la salud, etc.) y privados más importante de las últimas décadas.

2° A diferencia de la lucha contra el CPE o de la lucha de 2003 que terminó en derrota o incluso la huelga general de los estatales de 1995, el movimiento actual no tiene una clara reivindicación aglutinante sino que es una jornada de acción claramente política, contra las consecuencias de la desocupación, la caída del poder de compra, la destrucción de la salud y la educación pública, la precarización laboral en especial entre los más jóvenes y fundamentalmente el sentimiento de injusticia de que hay salvataje a los bancos (en estos días se conoció que, a pesar de las pérdidas del último trimestre, cerraron el año con ganancias) y nada para los asalariados y los jubilados. Esto se manifiesta en la amplia simpatía de que gozó la acción en la población (cerca de un 75% de apoyo), cosa que no se veía desde 1995 e incluso a niveles más altos que en ese entonces.

Por otro lado, debemos sostener:

1° Que a diferencia de las luchas antes mencionadas, en las que se trató de una jornada de movilizaciones, paros y luchas de varios días o semanas, la actual ha sido un paro y manifestación de solo un día. En buena medida, las direcciones sindicales la han convocado para tratar de descomprimir la cólera de los asalariados, que podría expresarse (hay un gran temor a esto) en huelgas duras en algún sector, y sin ninguna perspectiva de continuidad. Sin embargo, el éxito de la jornada y la negativa del gobierno a cambiar mínimamente la orientación del plan de estímulo en el sentido que piden las direcciones sindicales - favoreciendo el consumo y no la inversión o bajando el IVA, lo que choca con el déficit fiscal, o aumentado el SMIC (salario mínimo), medida fuertemente resistida por la MEDEF más aún en tiempos de crisis- podría obligar a los sindicatos a convocar a nuevas jornadas de lucha a medida que se profundiza el desempleo y aumenta la bronca.

2° Aunque había focos de liceístas bien combativos y que cantaban con todas sus energías, aún está ausente en la protesta el movimiento estudiantil tanto secundario como, incluso en mayor medida, el universitario. Su entrada es una de las cuestiones que más teme el gobierno (y los mismos sindicatos, como lo demostraron en la última oleada de luchas conjuntas en 2008, donde la burocracia sindical abandonó al movimiento estudiantil universitario que terminó fuertemente golpeado) por la radicalidad que podría agregar a la situación.

3° Por último, el paro en el transporte no fue tan terrible como se esperaba, lo que le ha quitado la espectacularidad y contundencia a la acción huelguística de otros movimientos, más aún tomando en cuenta la importancia de este sector en la economía capitalista en general y en Francia en particular, donde es la columna vertebral del movimiento obrero en las últimas décadas. Sin embargo, este hecho, resalta otra característica de la jornada de hoy en donde muchos asalariados se quedaron en su casa, muchos probablemente en adhesión a la medida y otros sólo por tomarse el día o ante el temor de perturbaciones mayores que no se dieron. A nuestro modo de ver, este elemento que es resaltado por algunos periódicos para respirar tranquilos, sigue enfatizando el carácter político de la acción.
La cuestión queda abierta. El gobierno, como comenta una nota de análisis del diario Le Monde del 28/1, empieza a mostrar síntomas de debilidad. La rapidez del cambio del estado de ánimo de la población, que en los últimos seis meses estaba atónita y skockeada frente a la crisis y pasó al actual descontento, a la vuelta de “la Francia que resiste”, ha hecho cambiar la cara de optimismo hasta al más pintado y bravucón, como era el gobierno de la derecha dura de Sarkozy. El diario parisino lo dice de la siguiente manera: “Nicolás Sarkozy frente al síndrome del país regicida” y plantea que “El presidente de la República afirma que quiere proseguir las reformas, pero confiesa también que ‘Francia no es el país más simple de gobernar del mundo’, él recuerda que ‘los franceses han guillotinado a un rey’, que ‘en nombre de una medida simbólica, ellos pueden dar vuelta el país’. El habla de Francia como de un ‘país regicida’” (Le Monde, Françoise Fressoz, 28/01/2009).

La clave, entonces, es la capacidad de respuesta y organización de los asalariados. Esto pasa en primer lugar, por luchar por la continuidad de las medidas organizando un verdadero plan de lucha y no las jornadas de acción inconexas que ya han llevado al desgaste a importantes movimientos en las calles en el pasado. En segundo lugar, es clave votar un verdadero pliego de reclamos que incluya todos los agravios y demandas más sentidos por el pueblo trabajador y la juventud (y no la súplica tibiamente seudokeynesiana del documento de las ocho centrales que convocaron a la jornada de hoy) que suelde verdaderamente la unidad de la clase obrera y los oprimidos, en especial sus sectores más explotados, los jóvenes de las banlieus que se movilizaron en gran medida en las recientes marchas contra la agresión sionista a Gaza y como cuestión determinante, los jóvenes asalariados, que sufren mayormente la precarización con contratos de duración determinada y hoy son los primeros en ser despedidos. Tercero, hay que retomar las mejores tradiciones de autorganizacion que han dado el ciclo de luchas de los trabajadores y jóvenes franceses en especial los intentos de coordinación en algunas ciudades en la huelga general de los estatales de 1995 o el ejemplo de la Coordinadora estudiantil en 2006 y extenderlo y profundizarlo a todo el movimiento obrero. Es la única forma de superar el cepo que la burocracia ha puesto a las grandes movilizaciones de los jóvenes y los trabajadores en los últimos años llevando a muchas a la derrota o, cuando la magnitud del movimiento se lo ha impedido, a meros retrocesos parciales que no han revertido la caída en el nivel de vida de la población y que ahora se ha acelerado fuertemente con la crisis, y permitiendo luego al gobierno de turno retomar la ofensiva. En conclusión, el carácter político de la acción hace más agudo que nunca los problemas de programa, estrategia y dirección de los asalariados para darle continuidad y elevarlo a un enfrentamiento tout court contra el régimen, el gobierno y la Francia de los grandes capitalistas y banqueros.
Sólo de esta manera, confiando en sus propias fuerzas y organización, desconfiando de los falsos amigos que ahora se acercan a sus marchas para intentar capitalizar el descontento, como la dirección del Partido Socialista (que ya ha demostrado en el pasado que cuando gobierna no tiene diferencia con la derecha y ahora solo quiere reubicarse frente a las próximas elecciones europeas y el crecimiento de la “extreme gauche”), podrán los trabajadores y jóvenes franceses derrotar a Sarkozy y su plan que busca que la crisis la paguen una vez más los trabajadores.

martes, 6 de enero de 2009

¡Abajo la masacre sionista contra Gaza! Declaración de emergencia de la FT-CI


¡Abajo la masacre sionista contra Gaza!

¡Viva la resistencia del pueblo palestino!

¡Por la derrota del estado racista de Israel!

En la noche del 27 al 28 de diciembre, la aviación sionista israelí desencadenó la operación «plomo endurecido», una de las más criminales desde 1967. Las víctimas de los ataques aéreos sobre Gaza y Rafah ya alcanzan más de 400 muertos y 2000 heridos. El gobierno israelí ha comenzado hoy una operación terrestre. Esa carnicería presentada como una respuesta a los disparos de misiles del Hamas no es solamente una escalada, parte de la campaña electoral en curso en Israel, sino un plan previsto de larga data para quebrar definitivemente la resistencia del pueblo palestino, puesto en práctica con la luz verde de la pretendida «comunidad internacional», la ONU, los países imperialistas, así como también Arabia Saudita, Qatar, Yemen y Kuwaït que han comenzado una « normalización » de sus relaciones con el ocupante sionista a pesar de sus protestas formales posteriores al inicio del ataque de las fuerzas armadas israelíes.
Gaza: un verdadero ghetto
Desde hace años, Gaza sobrevive como un verdadero ghetto. Un despiadado bloqueo económico, polítíco y cultural la aísla del mundo. Un millón y medio de habitantes son prisioneros del ejército israelí y privados de todo : de alimentos, de combustible, de electricidad, de medicamentos, de material escolar... La población bajo el yugo de la opresión colonial bárbara desde hace sesenta años, ahora sufre un feroz «castigo» colectivo por haber votado «mal» en su elección democrática por Hamas. Llevada hasta tal punto, esta opresión anuncia el momento de la destrucción total de Palestina y particularmente de Gaza. Es una muerte lenta la que sufren los palestinos en la franja de Gaza. Alrededor del 80 % de la población vive en el umbral de pobreza y la tasa de desempleo alcanza el 65 %. El ingreso por persona es de 443 euros por año, o sea 1,36 euro por día. El 60 % de los niños sufren de desnutrición. La libertad de circulación entre la franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén y el mundo exterior está bloqueada. Alrededor de 260 personas murieron el año pasado, ya sea porque se les prohibió atenderse en el exterior, ya sea por falta de medicamentos. La única fábrica de medicamentos está parada por la escasez de materias primas. Más de 1.500 cargamentos y containers de materias primas están varados en los puertos israelíes. Los proyectos de construcción y de desarrollo de hospitales, clínicas y establecimintos educativos están suspendidos. Los cortes de electricidad son cotidianos.
Ahora bien, esta odiosa barbarie sólo puede ser perpetrada gracias a la impunidad total asegurada a este Estado colonial sionista e incluso al apoyo activo del que se ha beneficiado en el seno de la Unión Europea. Nicolás Sarkozy, presidente de Francia y presidente de la UE cuando fue lanzado el ataque, ha impuesto la «profundización de la cooperación con la UE» el 8 de diciembre pasado. También se decidió revalorizar las relaciones políticas entre la UE e Israel, permitiendo una participación más amplia del Estado sionista en los programas comunitarios europeos. Al otorgarle semejante ventaja a un Estado que lleva adelante una política expansionista, colonizando nuevos territorios palestinos, que saquea, que asesina, que hace un ghetto, Sarkozy le ha dado un cheque en blanco a los halcones y carga con una pesada responsabilidad en este nuevo crimen de guerra sionista.
Una vez perpetrado el asesinato colectivo, toda esa buena gente, como las lloronas misericordiosas, aparentan romperse la cabeza por Gaza. Mahmoud Abbas ha denunciado la ofensiva israelí ; sin embargo es uno de los primeros responsables de la situación que viven los palestinos, ya que es muy grande su colaboración con los sionistas y su fidelidad a los planes imperialistas. Israel se apoya no solo en su ejército sino en la cobardía y la duplicidad de los gobiernos árabes, quienes mientras hacen declaraciones contra los ataques en Gaza, acusan a Hamas por el conflicto. Este es el caso del Ministro de Relaciones Exteriores saudí, el príncipe Saud al-Faisal, que criticó a los palestinos por no unirse detrás del presidente palestino Mahmoud Abbas. Éste ha sido un instrumento de EEUU y de Israel para socavar a Hamas desde que la organización islámica gano las elecciones en 2006. Por eso, el llamado saudita a la “unidad” es un intento de aislar más a Hamas, en línea con los esfuerzos del régimen egipcio quien ha colaborado cerrando sus propias fronteras con Gaza y fortaleciendo de esta manera el bloqueo económico de Israel. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se declara «profundamente inquieto» y ha llamado a un «cese inmediato de las violencias»: poniendo al mismo nivel a opresores y a oprimidos, la ONU se muestra una vez más como el fiel instrumento de los imperialismos y colonialismos de todo tipo. Estados Unidos le rogó a Israel que las incursiones no dejen víctimas civiles... mientras advierte al Hamas que debe parar sus ataques con misiles «para que cese la violencia». El presidente electo Barak Obama, con su silencio atronador, ha apoyado el descarado sostén del saliente gobierno de Bush a la agresión sionista. Sarkozy se muestra intranquilo y su ministro de relaciones exteriores, Kouchner ha repetido literalmente la declaración estadounidense.
La estrategia de Israel y las dificultades de conseguir sus objetivos reaccionarios
El estado sionista está utilizando este conflicto para rehabilitar la capacidad de disuasión militar de Israel en Medio Oriente, fuertemente dañada tras su fracaso en la guerra del Líbano de 2006. Su objetivo es demostrar que Hamas se expone a una venganza implacable si el lanzamiento de cohetes continúa. La devastación de Gaza es también un mensaje a la milicia chií Hezbola y a Irán. El gobierno de coalición israelí Kadima/Partido Laborista, en competencia interna y externa con el Likud en vistas de las elecciones de febrero, pretende sacar provecho de la actual “transición” norteamericana para forzarle la mano a su principal aliado y poder actuar con plena impunidad, desencadenando una brutal ofensiva escarmentadora contra el pueblo palestino y los países de la región, tanto los más filo-israelíes como los que mantienen una línea dura en relación a Tel Aviv.
Pero a pesar de la masividad de los primeros días de ataque, la estrategia israelí comienza a dar síntomas de complicaciones. El lanzamiento de misiles por parte de Hamas ha continuado. Como el asalto aéreo no logra sus objetivos, Israel lanzó una ofensiva terrestre que puede ser enormemente costosa en términos de vidas para sus tropas. Es que una guerra de desgaste en una ciudad tan densamente poblada como la franja de Gaza potencia las fortalezas de una fuerza irregular y numerosa como Hamas y va en detrimento de la fuerza israelí altamente dependiente en tecnología pero totalmente limitada en el uso de recursos humanos. Este es lo que ya mostro la retirada israelí del Líbano y fue la base de las dudas y vacilaciones de primer ministro israelí, Ehud Olmert, en su reciente campaña en ese país que lo llevaron al primer retroceso militar israelí en su historia en 2006.
En este marco, a pesar de que el clima político israelí está fuertemente derechizado, las salidas estratégicas del estado sionista no son fáciles. La decisión del gabinete la semana pasada permite la reocupación de Gaza y su entrega a la Autoridad Nacional Palestina de Abbas ya sea directamente o a través de una fuerza internacional o pan árabe para continuar con el fraudulento Proceso de Paz de Annapolis. Esta salida ha sido sugerida por el candidato del Likud, Benjamin Netanyahu, quien habla de “eliminar el régimen de Hamas para el largo plazo”. Sin embargo, un intento similar fracaso en el Líbano en 1982 cuando Israel quiso imponer a sus sirvientes locales. Por su parte, Abbas a pesar de su rol traidor frente a Israel dudaría de volver a Gaza en un tanque israelí y aun si lo hace, tendría un enorme problema en gobernarla. Otra alternativa que se baraja, es la que supuestamente alentaría el hombre del momento, el ministro de defensa, Ehud Barak, que buscaría un nuevo cese del fuego con un escarmentado Hamas. Pero esta opción, al igual que con Hezbola en el Líbano, otorga legitimidad a Hamas quien seguiría como el gobierno de Gaza. La tercera variante, llevar hasta el final el plan de desenganche del ex primer ministro Sharon, terminando su responsabilidad con la Banda y buscando que esta obtenga sus recursos y suministros vía Egipto. Los sectores como la actual ministra de relaciones exteriores, Tzipi Livni, que le dan gran importancia al apoyo internacional a Israel favorecerían esta opción, convencidos de que Gaza más que un activo es una pesada carga para la sobrevivencia del Estado sionista. Pero esta salida podría ser una papa caliente para El Cairo, que complicaría fuertemente las relaciones con Israel en un periodo particularmente sensible: los días de decadencia del régimen de Hosni Mubarak, ya complicado por la crisis económica, la resistencia obrera de los pasados años y la oposición islamista. Como vemos, a pesar de los duros golpes iniciales Israel no las tiene fácil de encontrar una salida estratégica para el problema de su frontera sur, tarea que el actual gobierno sionista, en el marco de una dirigencia israelí dividida, elecciones cercanas y un cambio de gobierno en Washington no podrá resolver y dejará como pesada herencia al nuevo gobierno surgido después de las elecciones.

El Estado sionista es racista y colonialista
Es un hecho históricamente irrefutable: el Estado de Israel, sionista, está basado en el racismo y el colonialismo. Hacia 1885 Herzl proyectó «colonizar Palestina» y crear un «hogar nacional judío». Decretó que «el pueblo de Israel, como pueblo superior y continuador moderno del Pueblo elegido, [debía] convertirse también en un orden real» y, para hacer esto, «ser útil al Estado imperialista que protegerá su existencia». El racismo y el colonialismo israelí son los fundamentos de un Estado que se define no por referencia a una nación, sino a una religión y a una etnia. Un Estado que afirma el derecho de «su» pueblo a la apropiación exclusiva de una tierra ya habitada y explotada por otras poblaciones. Los textos fundadores del sionismo esclarecen la política actual. Cuando Herzl en 1897 se dirige al gobierno francés, con la esperanza de obtener su apoyo para la fundación de Israel, escribe : «El país que nos proponemos ocupar incluirá el Bajo Egipto, el sur de Siria y la parte meridional del Líbano. Esta posición nos hará amos del comercio de la India, de Arabia y de Africa del este y del Sur. Francia no puede tener otro deseo que el de ver la ruta de India y de China ocupada por un pueblo dispuesto a seguirlo hasta la muerte». Los acuerdos Sykes-Picot harán las mismas promesas pero a Gran Bretaña. El proceso estaba lanzado. Las potencias imperialistas iban a utilizar la monstruosa política del holocausto como justificación para completarlo.
Israel es así a Medio Oriente lo que Sudáfrica del apartheid fue para Africa austral: una colonia que impone a las poblaciones autóctonas una dominación de características racistas, y cuya existencia sería imposible sin la ayuda material de las potencias imperialistas «a cambio de los servicios prestados», en este caso Estados Unidos y los estados de la Unión Europea.
Cuando un gobierno juzga que la vida de un soldado judío es más importante que la de cientos de niños y civiles palestinos, entonces el Estado que representa a ese gobierno es un Estado racista; cuando las fuerzas armadas, en los territorios que ocupan ilegítimamente, prohíben desplazarse a los civiles, les prohíben ir a buscar agua a los pozos y a las fuentes, trabajar sus campos, visitar a su familia, ir a la escuela o a su trabajo, circular de una aldea a otra, llevar al médico a un niño enfermo... entonces el Estado que representa a ese gobierno es un Estado racista y colonialista. Cuando este gobierno sionista construye el muro de la verguenza para meter en un ghetto al pueblo palestino, arrasa casas y olivares, echa, expulsa, mete presos, tortura, hambrea... entonces ese gobierno y su ejército son los de un Estado racista y colonialista.
Tzipi Livni, la ministra de asuntos exteriores de la entidad colonial sionista, presenta claramente su visión «futura» del Estado judío: un Estado puramente judío, sin palestinos, lo que significa en términos concretos y claros: expulsar a los palestinos de sus tierras y de sus propiedades, hacia Cisjordania y la franja de Gaza, o a otra parte. No es la primera vez que Livni hace tales profecías y no es la primera responsable política sionista en hacerlo (Golda Meier había hecho lo mismo). Lo que es nuevo, es que estos anuncios se repiten regularmente. Por su propia repetición, quieren parecer normales y lógicos (Estado judío y democrático = expulsión de los palestinos = limpieza étnica) y pasar el mensaje a todos los que no entendieron aún el sueño sionista. Los dirigentes sionistas no hablan de «limpieza étnica» sino que la practican sobre el terreno.
Desde entonces, la perspectiva de una solución de dos Estados se vuelve cada vez más insostenible a causa de la colonización sionista y del apoyo que le dan todos los imperialismos. El Estado israelí no aceptará nunca abandonar sus metas sionistas y expansionistas y no permitirá nunca la creación de un Estado palestino viable en la totalidad de los territorios ocupados, con Jerusalén como capital, la liberación de todos los prisioneros políticos y el retorno de todos los refugiados. Nunca habrá paz en tanto el Estado israelí, teocrático, colonialista, racista, que practica el apartheid y la limpieza étnica, no haya desaparecido.

¡Viva la resistancia de los palestinos! ¡Frente único de las organizaciones obreras y anti-imperialistas para apoyarla, combatir el sionismo y el imperialismo opresores!
Los revolucionarios apoyamos incondicionalmente a las fuerzas de la resistencia palestina contra la agresión sionista, nos ubicamos en su campo militar contra el ejército israelí y luchamos por la derrota del estado de Israel en la actual guerra en Gaza. Es desde esta ubicación de principios para todo aquel que se declare anticolonialista y antiimperialista consecuente, que decimos que la política de Hamas, a pesar de su resistencia armada frente el Estado de Israel, lleva la lucha de liberación nacional palestina a un callejón sin salida al luchar por un Estado teocrático que impide ganar a una gran parte de las masas palestinas, especialmente los elementos seculares, cristianos y musulmanes no fundamentalistas. A su vez, defiende la negociación con la burguesía local y los Estados árabes reaccionarios de la región, desde los actuales opositores a Washington como Siria o Irán o los más pronorteamericanos como Arabia Saudita y Egipto. Hamas desconfía de la acción independiente de las masas, fundamentalmente de la movilización independiente de la clase obrera árabe, como lo haría una dirección revolucionaria, la única que con su acción puede derrotar al Estado sionista. Sólo organizándose de manera independiente de todas las fuerzas burguesas y pequeñoburguesas, incapaces de llevar adelante un combate victorioso contra el proyecto sionista, por miedo a desencadenar fuerzas que no podrían controlar, la clase obrera palestina podrá ser el motor de una lucha nacional victoriosa y, además, de una lucha revolucionaria por la conquista de sus reivindicaciones sociales. Pero esta lucha sólo puede llevarse a cabo ligada a las clases obreras de los demás países de la región, en especial la clase obrera egipcia que ha venido en los últimos años luchando contra el régimen autocrático de Mubarak, y también en el Estado de Israel, en donde los trabajadores judíos explotados deben romper, ante todo, con el sionismo. Sólo así será posible construir un Estado palestino laico, democrático y no racista, cuestión que es sólo posible con una Palestina obrera y socialista, donde puedan convivir en paz árabes y judíos, en todo el territorio de la Palestina histórica (que incluye tanto el que ocupa actualmente el Estado de Israel, como Gaza y Cisjornadania), en la perspectiva de una Federación de Repúblicas Socialistas de Medio Oriente.
Los trabajadores y los oprimidos del mundo entero deben apoyar incondicionalmente la resistencia de los palestinos, su legítimo combate por sus derechos nacionales, contra la colonización sionista de sus tierras, por el derecho al regreso de todos los que han sido expulsados desde 1948, por el derecho a elegir libremente a sus representantes, para exigir el cese de los ataques y de todas las exacciones del Estado israelí, el levantamiento inmediato e incondicional del embargo que asesina al pueblo palestino y la apertura inmediata de la frontera entre Egipto y la franja de Gaza.
La lucha contra el imperialismo y su brazo armado israelí es un deber imperioso para el conjunto de las organizaciones que se reclaman del movimiento obrero y del combate anti-imperialista : su responsabilidad es organizar inmediatamente un levantamiento en masa de los trabajadores y de los jóvenes en los distintos países para exigir el cese de los ataques y de todo el saqueo del Estado israelí. Para los revolucionarios de los países imperialistas en donde la FT actúa, esta solidaridad anti-imperialista es también un combate contra Sarkozy, Zapatero, Merkel, etc., los partidos de «derecha» y todas las supuestas fuerzas de «izquierda» que se hacen cómplices del Estado de Israel. En aquellos países como Bolivia, Venezuela, Argentina o Brasil, donde los gobiernos se dicen «progresistas», exigimos la inmediata ruptura de relaciones diplomáticas con el estado sionista, junto al inmediato retiro de las tropas de los países que participan de la «misión» militar en Haití.
Somos parte de las numerosas organizaciones que están impulsando marchas y acciones de repudio a la masacre sionista en los más diversos países. ¡Redoblemos la más amplia y combativa solidaridad internacionalista con el pueblo palestino!

Fracción Trotskista - Cuarta Internacional 3-01-09

Integrada por: Argentina: PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas); Bolivia: LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional); Brasil: LER-QI (Liga Estrategia Revolucionaria); Chile: Clase contra Clase; Costa Rica: LRS (Liga de la Revolución Socialista); Estado Español: Clase contra Clase; México: LTS-CC (Liga de Trabajadores por el Socialismo - Contra Corriente); Venezuela: LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo); militantes de la FT en Europa y en Francia: como sección simpatizante, Groupe CRI (Groupe Communiste, Révolutionnaire, Internationaliste).