miércoles, 18 de noviembre de 2009

La violación de los derechos de la mujer en la dictadura de Micheletti y el escenario latinoamericano

Expositores:

- Andrea D' Atri (dirigente del Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) y de la organización de mujeres Pan y Rosas)
- Y Bryan Brenes: militante de la Liga de la Revolución Socialista de Costa Rica

Viernes 20 a las 17h en la sala 2 de audiovisuales de la biblioteca Demetrio Tinoco, UCR (Junto a la cancha de Derecho).

Peña cultural en solidaridad con Honduras (sábado 21 de noviembre en Barrio Escalante)

El próximo viernes 21, se estará realizando una peña cultural de solidaridad con Honduras, de 4pm a 9pm.

Dónde: En el Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica, ubicado en Barrio Escalante, 550 este de la Iglesia Santa Teresita

Habrá exposición de caricatura, videos, poesía, música, bebida y comida.

Entrada gratuita!

Organiza: Movimiento Costarricense de Solidaridad con Honduras

martes, 10 de noviembre de 2009

Teleconferencia Internacional sobre la crisis política en Honduras y el programa de los revolucionarios

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Con el analista internacional Eduardo Molina:


- Especialista en temas latinoamericanos
- Editor de la Revista Estrategia Internacional
- Dirigente de la Liga Obrera Revolucionaria de Bolivia y de la FT-CI

Viernes a las 17h en la Luis Demetrio Tinoco, Sala Nº1 (junto a la cancha de Derecho)
Organiza y convoca: la LRS

Nota: aunque la teleconferencia inicialmete iba a realizarse en la sala 2 de la Carlos Monge, por cuestiones de comodidad la sede del evento ha sido cambiada a la biblioteca Luis Demetrio Tinoco, sala nº1.

Honduras bajo la tutela del imperialismo norteamericano

Zelaya sella un acuerdo con los golpistas

por : FT-CI - Fracción Trotskista - Cuarta Internacional
Viernes 6 de noviembre de 2009

1 - Un acuerdo reaccionario

El pasado 30 de octubre, Zelaya y Micheletti suscribieron el llamado Acuerdo San José/Tegucigalpa – Diálogo de Guaymuras, con el que buscan cerrar la crisis política abierta hace cuatro meses con el golpe cívico militar del 28 de junio.

Este acuerdo reaccionario significa una capitulación total de Zelaya a los objetivos del bando golpista, con el aval del gobierno de Obama. Entre otros puntos incluye: la conformación de un “gobierno de unidad y reconciliación nacional” integrado por los partidos políticos golpistas y organizaciones sociales que entrará en funciones a más tardar el 5 de noviembre, cuando se termine de negociar su composición; el llamado “al pueblo hondureño para que participe pacíficamente en las próximas elecciones generales y evite todo tipo de manifestaciones que se opongan a las elecciones o a su resultado, o promuevan la insurrección, la conducta antijurídica, la desobediencia civil u otros actos que pudieren producir confrontaciones violentas o transgresiones a la ley”; la instauración de una “Comisión de Verificación” para supervisar el cumplimiento del acuerdo y una “Comisión de la Verdad para esclarecer los hechos cometidos antes y después del 28 de junio”. En su segundo punto, el acuerdo hace explícita “la renuncia a convocar a una Asamblea Nacional Constituyente o reformar la constitución en lo irreformable” (es decir en los cuatro artículos que componen el nudo del régimen oligárquico hondureño surgido después de la última dictadura), prohibiendo el llamado a una Asamblea Constituyente “de modo directo o indirecto, y renunciando también a promover o apoyar cualquier consulta popular con el fin de reformar la Constitución para permitir la reelección presidencial, modificar la forma de Gobierno o contravenir cualquiera de los artículos irreformables de nuestra Carta Fundamental”.

En cuanto a la restitución de Zelaya a la presidencia, será resuelta por el Congreso, el mismo que legalizó el golpe destituyéndolo y que falsificó su firma de “renuncia a la Presidencia”, previo pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia, es decir, una salida de compromiso entre la política de Zelaya y la de Micheletti.

El acuerdo no incluye ningún plazo para que Zelaya reasuma su cargo, aunque el objetivo sigue siendo dilatar lo más posible este retorno simbólico de Zelaya que, en caso de que lo haga, asumiría para hacer el traspaso del poder al nuevo presidente electo, con el único objetivo de legitimar las elecciones del 29 de noviembre y su resultado, y por esa vía, garantizar la continuidad de las instituciones y los partidos que dieron el golpe de Estado. Bajo el hipotético retorno de Zelaya, a lo que Micheletti sigue negándose, con el Acuerdo San José/Tegucigalpa los golpistas lograron imponer sus objetivos.

El imperialismo y las derechas regionales muy posiblemente intentarán aprovechar esta situación que termina legitimando el golpe cívico-militar y el ataque al movimiento de masas, cuando sectores del empresariado y las elites locales sienten, aunque sea mínimamente, amenazados sus intereses o sus cuotas de poder. Esto parece ya insinuarse en Nicaragua, donde la Embajada norteamericana y la derecha del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) han amenazado con que no tolerará ni cambios ni reformas a la Constitución Política nicaragüense, lo que presagia nuevos zarpazos reaccionarios desde la derecha proimperialista.

2 - Obama fue el artífice del acuerdo con los golpistas

El Diálogo Guaymuras estaba estancado. Aunque Zelaya ya había aceptado todas las condiciones de los golpistas, Micheletti siguió negándose, después de varios días de cerrado el plazo para cerrar un acuerdo, a aceptar la restitución de éste a la presidencia, manteniendo la exitosa estrategia de ganar tiempo, a pesar de la debilidad y el aislamiento internacional de su gobierno y del desarrollo de un movimiento de resistencia que se mantuvo en la calle con altos y bajos durante más de 100 días.

Ante esta situación de impasse el gobierno de Barack Obama decidió volcar el peso de su diplomacia para destrabar la situación y alcanzar una salida reaccionaria que permitiera dar por superada la crisis y legitimar al régimen con un nuevo gobierno surgido de las elecciones.

Con ese objetivo, el 28 de octubre llegó a Tegucigalpa una delegación de alto nivel integrada por Thomas Shannon, encargado para América Latina del departamento de Estado desde 2005, el secretario de Estado adjunto Craig Kelly; el asesor de la Casa Blanca para América Latina, Dan Restrepo, y el embajador estadounidense en Tegucigalpa, Hugo Llorens.

Algunos medios como la BBC y el diario El País de España, señalan que este Acuerdo es fruto de un pacto secreto entre Shannon y Porfirio Lobo, el candidato presidencial del Partido Nacional que espera ganar las próximas elecciones. Este pacto consistiría en que Lobo se comprometió a garantizar los votos suficientes de los diputados de su partido para que el Congreso apruebe el regreso de Zelaya, y Shannon se comprometió a que si el resultado es que el Congreso vota en contra, Estados Unidos mantendrá el reconocimiento de las elecciones del 29 de noviembre.

Shannon advirtió que se “estaba terminando el tiempo”, es decir, que cuanto más se demorara la solución más difícil sería presentar estas elecciones amañadas como un “retorno de la democracia”, recordando, por otra parte, que el acuerdo era el gesto necesario para que el imperialismo pudiera normalizar las excelentes relaciones que mantiene con el empresariado, la elite política y los militares hondureños.

3 - El juego del imperialismo en Honduras

Desde el día del golpe, el gobierno de Obama mantuvo un doble juego. En el discurso, rechazó la destitución de Zelaya (aunque en ningún momento el gobierno norteamericano definió que fue un golpe de Estado); no reconoció al gobierno de Micheletti y declaró que tampoco reconocerían las elecciones del 29 de noviembre ni su resultado, si la dictadura cívico militar seguía negándose a negociar una salida con Zelaya que permitiera un barniz de legitimidad a las elecciones y al nuevo presidente electo, aunque siempre mantuvo una puerta abierta a terminar reconociendo las elecciones como un hecho consumado, lo que se expresó en que la delegación norteamericana fue una de las que se opuso a que la OEA declarara por unanimidad el desconocimiento de las elecciones. Esto fue acompañado por gestos mínimos como suspender la visa a funcionarios del gobierno golpista y postergar algunos préstamos.

En los hechos, mantuvo al embajador Hugo Llorens, -quien admitió públicamente haber participado en las reuniones en las que se planificó la destitución de Zelaya- e impulsó la política de negociación con los golpistas, con la mediación del presidente costarricense Oscar Arias, expresada en los Acuerdos de San José donde se establecía el regreso condicionado de Zelaya a la presidencia como parte de un gobierno de unidad nacional con los golpistas, previa renuncia a la convocatoria de una Asamblea Constituyente. Esta política de diálogo y negociación le dio legitimidad al gobierno de Micheletti, al considerarlo en igualdad de condiciones que el derrocado presidente Zelaya, y permitió que la dictadura cívico militar se mantuviera en el poder por más de cuatro meses, demostrando que, más allá de que Obama no pudiera reivindicar la forma en que las Fuerzas Armadas expulsaron a Zelaya del gobierno y del país, los intereses del imperialismo norteamericano en la región están más cerca de los empresarios, políticos y militares que dieron el golpe de Estado.

El imperialismo norteamericano consiguió un triunfo diplomático con la firma de los Acuerdos de San José/Tegucigalpa.

En el plano interno, le permite a Obama neutralizar la ofensiva del Partido Republicano que se había volcado abiertamente a sostener al gobierno de Micheletti y presionaba por el reconocimiento de las elecciones del 29 de noviembre.

En el plano externo, aunque Honduras en sí mismo no es una prioridad estratégica para Estados Unidos, sí era importante para Obama resolver una crisis en su propio patio trasero y obtener los objetivos políticos imperialistas, como limitar la extensión de la influencia chavista, para dar muestras de que es quien pone orden, en momentos en que la política exterior norteamericana está en crisis en Afganistán y Pakistán y está cuestionada la supuesta estabilidad alcanzada en Irak.

Esto en el marco de que las negociaciones con Irán atraviesan una gran incertidumbre y de las crecientes contradicciones con Rusia.

La política de Obama en Honduras es funcional al objetivo de cambiar la imagen del imperialismo en América Latina, tras los ocho años de presidencia de Bush, para recomponer el dominio norteamericano en la región, como muestra el acuerdo con Colombia para instalar siete nuevas bases militares.

4 - La OEA a la rastra del imperialismo

Los gobiernos latinoamericanos, nucleados en la OEA, se subordinaron a la estrategia de Washington de negociar con los golpistas. Más allá de la retórica de algunos de los gobiernos y de ciertos gestos, como la suspensión de Honduras de la organización, la OEA actuó en los hechos como un verdadero “ministerio de colonias” de Estados Unidos y siguió como la sombra al cuerpo la política imperialista: en las palabras rechazó duramente el golpe y exigió el retorno inmediato de Zelaya a la presidencia. Pero en los hechos, y bajo la dirección del presidente Lula Da Silva, los gobiernos latinoamericanos aceptaron la política de Obama y Hillary Clinton de legitimar a Micheletti tratándolo como un interlocutor válido en los Acuerdos de San José. El regreso de Zelaya a Honduras sin acuerdo con los golpistas, con el aval de Brasil que le dio alojamiento en su embajada, fue funcional a esta estrategia ya que tuvo el doble objetivo de presionar a Micheletti para que acepte un Acuerdo sobre la base de lo establecido en el Plan Arias y de ir desmovilizando a la resistencia llevando todo a la mesa del diálogo.

El Acuerdo entre Micheletti y Zelaya como resultado de la intervención norteamericana, debilita la posición de Chávez y sus aliados en el tablero político regional, dejando al descubierto la completa impotencia del bloque del ALBA que no tuvo ninguna alternativa a la política de subordinarse al imperialismo y los golpistas.

En los más de cuatro meses transcurridos desde el derrocamiento de Zelaya ni Chávez ni ninguno de los presidentes del bloque del ALBA convocaron a ninguna acción regional para impedir que los golpistas, con el aire que le daba la negociación, se consolidaran en el poder. Con su aceptación del acuerdo, Zelaya permitió que la derecha golpista y el imperialismo obtuvieran un triunfo en Honduras.

5 - La entrega de la lucha de la resistencia contra el golpe

Cuando expulsaron a Zelaya, los golpistas no contaban con que entrara en escena un actor imprevisto y que complicó sus planes prolongando hasta ahora la crisis política hondureña: un amplio movimiento de resistencia entre los trabajadores y el pueblo pobre.

Los trabajadores del magisterio, del sector público, los campesinos pobres, los jóvenes y estudiantes, las mujeres y los sectores populares sostuvieron durante más de 100 días la resistencia contra el golpe de Estado, pese a la represión y la persecución de las Fuerzas Armadas y la policía que aún continúan, con numerosos muertos y miles de denuncias de violaciones a los derechos humanos cometidas durante el gobierno de Micheletti. Protagonizaron paros, tomas de algunas instituciones, movilizaciones masivas, cortes de caminos y bloqueos.

Cuando Zelaya se instaló en la Embajada de Brasil, importantes sectores redoblaron la movilización y ante la salvaje represión, levantaron barricadas en numerosos barrios populares de Tegucigalpa. Esa disposición de lucha, planteaba la posibilidad de desarrollar la huelga general y un levantamiento de masas hasta derrotar a los golpistas.

Sin embargo, la dirección mayoritaria del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado nunca tuvo la política de desarrollar la lucha hacia una verdadera huelga general de masas, y transformó la movilización popular en un instrumento de presión a favor de Zelaya en la negociación con los golpistas, para lograr su restitución a la presidencia, con lo que contribuyó a que la movilización no pudiera dar un salto y fuera retrocediendo en las últimas semanas.

Uno de sus dirigentes, Juan Barahona, participó del Diálogo Guaymuras, y aunque se retiró cuando Zelaya firmó la renuncia la convocatoria a la Constituyente, lo hizo reconociendo el derecho del presidente derrocado a hacer los compromisos que considere necesarios, dejando en claro que este gesto no implicaba de ninguna manera dar por concluida la experiencia con el diálogo y retomar la lucha en las calles para organizar la huelga general en la perspectiva de la caída revolucionaria del gobierno golpista.

En su comunicado Nº 32, del 30 de octubre, la dirección del Frente Nacional de Resistencia califica el Acuerdo San José/Tegucigalpa como una victoria popular sobre los intereses mezquinos de la oligarquía golpista, porque permitiría la próxima restitución del presidente Manuel Zelaya Rosales, exige “que el Congreso Nacional le dé trámite expedito” a los acuerdos y para ese fin llama a sus integrantes a que “se sumen a las acciones de presión para que se cumpla inmediatamente lo consignado en el documento final que se elabore en la mesa de negociación”. Además pretende disimular con promesas de luchas futuras, su renuncia a pelear por la reivindicación popular de la Asamblea Constituyente.

Lo que la dirección del Frente Nacional quiere hacer pasar como una “victoria popular” en realidad es el triunfo de la estrategia de Micheletti y del imperialismo: el golpe tenía entre sus objetivos evitar cualquier proceso constituyente que pudiera amenazar con poner en cuestión el régimen oligárquico y proimperialista consagrado en la Constitución de 1982, que ha reafirmado, luego de la última dictadura, el dominio político de la burguesía a través de la alternancia bipartidista del Partido Liberal y el Partido Nacional. Justamente la base de los acuerdos firmados por Zelaya con Micheletti y sus secuaces es la renuncia a convocar a una Asamblea Constituyente, incluso con el carácter limitado con que pretendía realizarla Zelaya, y la legitimación del conjunto de las instituciones del régimen que dieron el golpe de Estado, el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, las Fuerzas Armadas y los partidos políticos capitalistas, junto con las cámaras empresarias, la Iglesia Católica y la Evangélica. El broche de oro de esta vergonzosa capitulación de Zelaya y sus aliados a los golpistas es la aceptación de las elecciones del 29 de noviembre, convocadas por el gobierno de facto, como un proceso limpio y democrático.

La candidatura independiente, que postula al dirigente sindical Carlos Reyes a la presidencia, se mantuvo especulando con que finalmente el gobierno de Micheletti aceptara algún compromiso y se pudiera dar por “restablecido” el “orden constitucional”, por lo tanto, nunca tuvo una política decidida de organizar el boicot a estas elecciones convocadas por el régimen para legitimar el golpe. Tampoco tuvo esta política Unificación Democrática, más afín a la política de Zelaya. De esta manera, a pesar de que había sectores de base de la resistencia que estaban dispuestos a enfrentar las elecciones, no hubo ninguna alternativa clara a la salida electoral del régimen. Más aún, la dirección mayoritaria del Frente Nacional de Resistencia espera que estas candidaturas se mantengan para expresar el voto zelayista, que se ha quedado sin representación política. Por la vía de la negociación, la dirección zelayista del Frente Nacional de Resistencia ha entregado las banderas de lucha de la resistencia, que tenía como objetivo la derrota del golpe. Pero este resultado no era inevitable.

La movilización obrera, campesina y popular podía dar un salto en su lucha contra el gobierno golpista, organizando la huelga general y la autodefensa frente a la represión del Ejército y las fuerzas de seguridad y abrir así la posibilidad de derrocar a Micheletti y reemplazarlo por un gobierno provisional de las organizaciones obreras y populares antigolpistas que convocara a una Asamblea Constituyente Revolucionaria. Hoy el régimen con la bendición de Zelaya buscará legitimarse en unas elecciones organizadas por la dictadura cívico militar, que aún mantiene en los hechos el estado de sitio y persigue a dirigentes y activistas de la resistencia. Por esto los trabajadores y los sectores populares tienen que exigir a sus direcciones que rechacen el Acuerdo San José/Tegucigalpa y retomen la lucha para derrotar al régimen golpista y oligárquico. Participar en las elecciones es avalar la trampa de los golpistas. Es necesario organizar el boicot activo contra las elecciones fraudulentas del 29 de noviembre y continuar la lucha por imponer una Asamblea Constituyente Revolucionaria que ponga en cuestión la subordinación al imperialismo, el dominio oligárquico y abra el camino a la lucha por un gobierno obrero, campesino y popular.

La resolución reaccionaria en Honduras, impulsada por Estados Unidos, aceptada por los gobiernos regionales y llevada adelante por Zelaya, demuestra que la lucha por derrotar al régimen golpista está indisolublemente ligada a la lucha contra la patronal local, su personal político-militar y el imperialismo. A pesar del repudio generalizado en todo el continente al golpe de Estado en Honduras, las direcciones tradicionales, burocráticas, nacionalistas y reformistas de la clase obrera latinoamericana, no organizaron ninguna acción significativa de solidaridad activa con la lucha del pueblo hondureño, alimentando la confianza en que el golpe se terminaría por la vía del diálogo y de los buenos oficios de la OEA y del imperialismo bajo la dirección de Obama. La experiencia de Honduras muestra, una vez más, que sólo los trabajadores del continente en alianza con los campesinos pobres y los sectores populares, y con sus propios métodos de lucha, pueden enfrentar consecuentemente al imperialismo, a las burguesías y a las oligarquías locales.

sábado, 10 de octubre de 2009

Una buena jornada de “Punk-rock contra el Golpe de Estado en Honduras” en la Universidad de Costa Rica

El viernes 9 de octubre, se realizó en el Pretil de la Universidad de Costa Rica, una jornada de “Punk-rock contra el Golpe de Estado en Honduras”. La actividad, contó con la asistencia de varias bandas con influencia anarquista y socialista, que cantaron contra el golpe de Estado y la dictadura de Micheletti en el hermano país centroamericano. Entre los grupos invitados, que con la mejor voluntad aportaron su tiempo y arte, estuvieron Expulsión Negativa, Amotinadoz, The Virgin Zombies, Reacción Direkta, y UFO.

El chivo comenzó con la apertura de la banda Expulsión Negativa, que introdujo varios temas anarco-punk en contra del capitalismo. Luego le siguió, calentando un poco más el ambiente Amotinadoz; que le abrió el camino a The Virgin Zombies, que con sus letras en inglés, le introdujo más versatilidad al show.

Para subir más la intensidad del acto, a eso de las 8:25 de la noche, continuó el grupo Reacción Direkta, que interpretó una importante variedad de temas contra el capitalismo y el fascismo. Luego, para cerrar, terminó el grupo UFO, uno de los más conocidos de la escena punkrockera nacional, lo que fue respondido con baile y frenetismo por parte del público asistente. Aunque el concierto comenzó con una hora de retraso por problemas con la Policía Universitaria (que aún no se sabe quién la llamó), fue un éxito importante, desde el punto de vista de que es el primer concierto organizado contra el Golpe de Estado en Honduras; que denuncia abiertamente la reaccionaria Declaración de San José impulsada por Óscar Arias, así como los Toques de Queda y el Estado de Sitio en Honduras.

El recital finalizó con las palabras de Johanán León y Bryan Brenes, ambos militantes de la Liga de la Revolución Socialista; que no solo agradecieron a todos los asistentes por apoyar la actividad, sino que invitaron al público a realizar nuevas y más grandes acciones contra el golpe de Estado y en solidaridad con el pueblo de Honduras.
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jueves, 8 de octubre de 2009

PUNK-ROCK CONTRA EL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS EL VIERNES 9 A PARTIR DE LAS 5PM EN EL PRETIL DE LA UCR

DESPUÉS DE MÚLTIPLES INCONVENIENTES Y DIFICULTADES, MAÑANA VIERNES REALIZAREMOS UN CONCIERTO CONTRA EL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS, CONTRA LOS TOQUES DE QUEDA Y EL ESTADO DE SITIO, ASÍ COMO CONTRA LA DECLARACIÓN DE SAN JOSÉ IMPULSADA POR ÓSCAR ARIAS Y QUE BUSCA ENTRE OTRAS COSAS DEJAR IMPUNES Y SIN CASTIGO A LOS GOLPISTAS.

El recital será a partir de las 17h en El Pretil de la Universidad de Costa Rica.

Los esperamos a todos y a todas,

Con saludos fraternales,
Liga de la Revolución Socialista
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PUNK-ROCK CONTRA EL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS
Bandas participantes:
- UFO
- Reacción Direkta
- Amotinadoz
- The Virgin Zombies
- y otras...
El viernes 9 de octubre de 2009
A partir de las 5pm (17h) en El Pretil
Universidad de Costa Rica

¡Abajo los Toques de Queda y el Estado de Sitio en Honduras!
¡Abajo la Declaración de San José y el diálogo con los golpistas!
¡Movilización y solidaridad internacional con el pueblo hondureño hasta lograr la caída de los golpistas en Honduras!

jueves, 24 de septiembre de 2009

REUNIÓN DE EMERGENCIA EN SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO HONDUREÑO (VIERNES A LAS 16H EN EL AUDITORIO DE CIENCIAS SOCIALES, UCR)

Llamado urgente a todas las organizaciones obreras, socialistas, por los derechos humanos y de la izquierda:

Movilicémonos urgentemente en solidaridad con el pueblo hondureño hasta que caigan los golpistas

Estimados compañeros, desde el día lunes 21 de setiembre, en que el Presidente derrocado Manuel Zelaya volvió a Honduras, los acontecimientos se han acelerado bruscamente en el hermano país centroamericano. El gobierno de facto de Micheletti, a la vez que reprime salvajemente al pueblo en las principales calles de Honduras, oscila entre aceptar el diálogo y continuar con su régimen absurdo de terror y represión.

Los golpistas se siguen tambaleando, y solo se sostienen apoyados en el aparato militar y un sector de las clases medias altas y por supuesto un sector de la burguesía, que sigue sosteniendo que el desplazamiento del poder de Zelaya es parte de un proceso de sucesión constitucional.

Por primera vez en todos estos meses, la acción de los trabajadores ha avanzado de manera generaliza más allá de lo que sus direcciones, incluido Zelaya, les han demandado (“replegarse” y “mantener la calma”). Los trabajadores y los numerosos sectores del pueblo pobre hondureño han salido a enfrentar a la policía y al ejército, han salido a saquear comercios, y a defender su derecho a reunirse y a movilizarse por las calles. En estos momentos se cuentan por cientos los detenidos de la resistencia a manos de la policía y el ejército, la lista de muertos, tanto en enfrentamientos como en represiones selectivas, sigue disparándose.

Solo con una negociación, sea por la vía directa de la intervención del imperialismo norteamericano y la OEA, o mediante la firma de la Declaración de San José; puede salvarse el régimen de los golpistas. Es por eso que no solo se plantea a nivel de Honduras profundizar la movilización, los paros y las distintas acciones de la resistencia; sino que es necesario unificar todos sus esfuerzos hasta desembocar en una verdadera huelga general indefinida hasta derrocar a Micheletti y a los criminales que lo acompañan en su régimen de terror.

Pero ante todo es urgente la movilización más amplia a nivel internacional para rodear de apoyo y solidaridad la lucha del pueblo hondureño. Por todo lo anterior llamamos a todas las organizaciones democráticas, de derechos humanos y de la izquierda; a reunirnos de emergencia este viernes 25 en el Auditorio de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica a las 16h, para impulsar desde la Universidad acciones de solidaridad con la resistencia del pueblo hondureño y hasta lograr la caída de Micheletti y su pandilla de asesinos.

Es urgente que impulsemos activamente, la solidaridad más amplia con nuestro hermano pueblo hondureño. Insistimos en que es necesario que los compañeros de la FEUCR y el SINDEU, como organizaciones de la UCR -uno de los sectores más dinámicos históricamente acciones de solidaridad internacionalista-, convoquen a esta reunión de emergencia para emprender unificadamente grandes acciones, concretas e inmediatas de solidaridad en estos momentos cruciales.

Con saludos fraternales,
Liga de la Revolución Socialista

viernes, 18 de septiembre de 2009

Nueva Declaración de la FT-CI: ¡Ninguna conciliación con el imperialismo ni con los golpistas!

¡Ninguna conciliación con el imperialismo ni con los golpistas!

¡Abajo la farsa de las elecciones montadas para legitimar a Micheletti y a su régimen!

¡Por una estrategia obrera y popular independiente para derrocar a Micheletti y a los golpistas!

Después de dos meses de resistencia contra los golpistas encabezados por Roberto Micheletti y avalados por el imperialismo norteamericano y la propia OEA (que los legitimó en los hechos), la lucha del pueblo hondureño entra en momentos decisivos. En estos dos meses el movimiento de masas trabajadoras y populares de Honduras ha resistido la violenta represión y persecución a la que son sometidos por el gobierno. Es alentador cómo los trabajadores y un sector del movimiento de masas hondureño no han bajado los brazos y siguen enfrentándose al nuevo régimen surgido del golpe, en momentos donde éste intenta legitimarse con la realización de elecciones presidenciales a fines de noviembre. Hasta el momento, tanto la OEA como el gobierno norteamericano se negarían a reconocer al futuro gobierno surgido de estas elecciones; esto es lo que Micheletti está tratando de revertir.
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Un régimen golpista debilitado y aislado internacionalmente tratando de dar una imagen democrática: Entre la represión selectiva de la vanguardia y la preparación de la legitimación de las elecciones
El régimen de los golpistas encabezado por Roberto Micheletti se encuentra debilitado y desgastado, tanto en términos políticos, como especialmente en términos económicos. No sólo ha tenido que enfrentarse a varios cierres de fronteras y de aduanas de vital importancia para el comercio internacional, sino que se ha topado con el no reconocimiento de distintos gobiernos a escala internacional, lo que lo ha llevado a una suerte de marginación y aislamiento, más allá de los intentos de los golpistas por presentarse como los organizadores de una “transición constitucional” y a pesar del sostén que le siguió dando el imperialismo.
En lo estrictamente político, los golpistas tratan de dar la imagen de que en el país se vive un clima de normalidad democrática que respaldaría las elecciones. Y, aunque continúan las denuncias de violaciones a los derechos humanos, el Ejército no ha vuelto a reprimir movilizaciones masivas, después de Toncontín, sino que lo hace selectivamente en los sectores de vanguardia. Es por esto que, tras esta aparente “normalidad”, el régimen continúa su represión selectiva contra los dirigentes del movimiento de masas, y especialmente, de la resistencia al golpe.
Más allá del ambiente confuso que existe a nivel nacional, caracterizado por los rumores cruzados entre Zelaya y los golpistas, que crean en ocasiones la imagen de una polarización insalvable, lo cierto es que ha vuelto a tomar cuerpo la mediación de Óscar Arias y los Acuerdos de San José como una posible salida burguesa a la crisis, con ese fin Arias convocó a los candidatos a presidente a una reunión en Costa Rica.
El viernes 11 de setiembre, ante los fuertes rumores que corrían sobre que Zelaya estaba en la base militar de Palmerola, éste corrió a decir que aunque esa información era falsa “regresará en los próximos días, muy pronto”, para que Honduras “regrese a la paz, a la normalidad (...)". Y estas afirmaciones las finalizó diciendo que firmará muy pronto el pacto de San José, para “en el momento en que esté totalmente concertado el proceso (…), podamos nosotros estampar nuestro compromiso de cumplimiento en la ciudad de Tegucigalpa". Y Micheletti por su parte, mientras hace más complejo aún su teatro “democrático” y sus “disputas” con Estados Unidos, ha salido a reafirmar que la Declaración de San José (con la que coincide) es una muestra de que Costa Rica quiere ayudar y resolver la situación política de Honduras.
Es que, independientemente de los insultos y la retórica de uno y otro bando, lo cierto es que ya Zelaya ha puesto como garantía de su regreso la continuidad de las reuniones permanentes que ha sostenido con el Departamento de Estado Norteamericano. Un hipotético regreso de Manuel Zelaya, en el marco del Acuerdo de San José, serviría para legitimar las elecciones, garantizar la impunidad a los golpistas y el control efectivo del aparato del Estado a quienes siempre lo han dominado, con un Zelaya atando de pies y manos que ya no podría siquiera intentar convocar a una Constituyente (pues la Declaración de San José lo prohíbe expresamente). Sin embargo éste es sólo un escenario posible. El otro es que los golpistas intenten mantenerse como hasta ahora, con el apoyo de un sector de la derecha norteamericana, aspirando a transformar las elecciones y el próximo gobierno en un hecho consumado. Tampoco se puede descartar que, en medio de este escenario, surjan acciones de resistencia de carácter espontáneo, motivadas por el repudio electoral (como ha sucedido en Choluteca) o contra la posibilidad de que los golpistas queden impunes. De darse estas acciones, también podría abrirse un escenario caracterizado por una mayor represión con un escenario más polarizado y dinámico.
Ante las distintas variantes planteadas, es necesaria una estrategia obrera e independiente que ayude a orientar la lucha del pueblo trabajador hondureño y su vanguardia (“la resistencia”) hacia el camino del derrocamiento de los golpistas y la derrota del imperialismo norteamericano.
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Ninguna participación en el circo electoral golpista: boicot activo a las elecciones
El régimen de Micheletti, que utilizó la estrategia de mediación del imperialismo norteamericano (implementada a través de la mediación de Óscar Arias y la “Declaración de San José”) para ganar tiempo y consolidarse, ahora viene impulsando una costosa campaña electoral que tiene como principales objetivos legitimar el golpe militar y el régimen surgido de éste, así como descomprimir la movilización de masas y evitar que éstas tomen un camino radicalizado que pueda quebrar a los golpistas.
Mientras las cadenas noticiosas del imperialismo como CNN transmiten al mundo la imagen de una Honduras que celebra unos comicios electorales que “podrían poner fin a la crisis”, en las principales ciudades hondureñas siguen las movilizaciones, algunos enfrentamientos con la policía y las fuerzas del ejército (Choluteca); y siguen decretándose importantes paros nacionales convocados por las principales centrales sindicales del país. Además, durante estos dos meses de lucha, determinados sectores obreros, campesinos y populares han tomado otras demandas, junto con la lucha contra el golpe. Los campesinos en el norte del país, que hoy están sufriendo mayor represión, procedieron a la toma y ocupación de tierras, protagonizando duros enfrentamientos contra los latifundistas; los trabajadores de la ciudad ahora no sólo marchan por el regreso de Zelaya, sino que se han visto forzados a movilizarse para defender las libertades democráticas más elementales recortadas por el régimen de facto: la libertad de reunión, de prensa, asociación, e incluso hasta de circulación. Los trabajadores de la salud, han protagonizado la toma de varios hospitales en Tegucigalpa, eslabonando demandas propias de su sector (como la amenaza de la gripe “porcina”), con la lucha directa contra el nuevo orden impuesto por Micheletti. Y los trabajadores de la empresa de energía (ENEE), en el marco de su lucha contra nombramientos arbitrarios de funcionarios (vinculados al gobierno de facto) que recibirían salarios exorbitantes; han avanzado hasta ocupar las oficinas centrales de la empresa de la energía, logrando parar los nombramientos desde arriba que intentó hacer Micheletti, entre otros casos.
Por otro lado, el sector de los docentes, que ha sido uno de los más dinámicos desde los primeros días que siguieron al golpe, sin duda la disposición del magisterio a seguir adelante es un elemento dinamizador de la lucha de la resistencia y al interior del Frente, recientemente decretó un paro nacional para el 7 y 8 de setiembre, en una muestra de que a pesar de la represión y las condiciones adversas para el movimiento de masas, se puede seguir luchando contra el golpe.
Las acciones de lucha y las crecientes demandas gremiales así como la lucha por la tierra, y sobre todo la entrada en escena de métodos más radicalizados como los que se mencionaban antes; pueden dirigirse, de ser generalizados y unificados, hacia la caída revolucionaria del régimen. Pero es necesario que la lucha contra el golpe se extienda a todos los sectores obreros y populares y se transforme en acciones que puedan golpear decisivamente en las ganancias de los capitalistas y el régimen. Es necesario poner en pie comités locales de la resistencia que organicen y coordinen el rumbo político de la resistencia y las acciones y que el Frente Nacional contra el Golpe de Estado funcione con delegados votados y que sean revocables por sus bases en cualquier momento que sea necesario, para fortalecer la lucha. Ante la posibilidad de que se consolide en el tiempo un régimen golpista avalado por un proceso electoral fraudulento, es necesaria la más amplia unidad en las acciones para enfrentar esta trampa; comenzando en primer lugar por desconocer, no participar, y sobretodo boicotear las elecciones nacionales del próximo 29 de noviembre, en el marco estratégico de poner a la clase trabajadora con sus métodos en el centro de la acción. Sólo con una poderosa huelga general y la entrada en escena de los trabajadores estatales y privados, de los obreros agrícolas y jornaleros del campo con el apoyo de los campesinos pobres y los sectores populares de las ciudades, será posible acelerar el aislamiento de Micheletti respecto al conjunto de la sociedad hondureña; pero sobre todo, se podrá golpear las ganancias de los capitalistas nacionales e imperialistas, y derribar el régimen golpista.

Abajo el golpe. Por una Asamblea Constituyente Revolucionaria
Las organizaciones que integramos la Fracción Trotskista Cuarta Internacional peleamos junto al pueblo hondureño por derrotar al gobierno de Micheletti y acompañamos su lucha por el retorno sin ninguna negociación ni condiciones de Zelaya. Pero alertamos que Zelaya y el bloque del ALBA, encabezado por Chávez, se subordinaron a la política de la OEA, y por tanto del imperialismo, de negociar con los golpistas y terminar aceptando, las condiciones impuestas en los Acuerdos de San José, más allá de la retórica de Chávez de haber alertado a Zelaya de esta trampa, entre ellas la conformación de un gobierno de unidad nacional con los golpistas, la amnistía para los que dieron el golpe, asesinaron y torturaron, así como la renuncia a convocar a una Asamblea Constituyente. Con la aceptación de los Acuerdos de San José y el posible aval del imperialismo, Zelaya se propone para evitar que la decadencia del régimen pueda generar una lucha consecuente de las masas contra los golpistas y contra el conjunto de la institucionalidad burguesa hondureña; comenzando por el boicot generalizado a las elecciones del próximo noviembre. De esta manera, su retorno permitiría dejar intacto el reaccionario régimen de la Constitución de 1982 y a las instituciones usadas por los golpistas, del que el propio Zelaya forma parte. Por eso hoy más que nunca creemos que la salida pasa por aprovechar la debilidad estratégica del régimen impulsando una salida obrera independiente, que se apoye en las fuerzas de los trabajadores de la ciudad y del campo, los campesinos pobres, los jóvenes, las mujeres que vienen enfrentado la represión y los sectores populares. La experiencia de estos dos meses y medio de lucha indica que ni la diplomacia secreta, ni las negociaciones por las alturas, servirán para una victoria de los trabajadores hondureños contra los golpistas.
La estrategia de Zelaya de confiar en el imperialismo y de mantener una resistencia pacífica para “presionar” a los golpistas a aceptar la negociación, agitando el fantasma de “no provocar la represión”, sólo sirvió para envalentonar a la derecha, dejando a las masas populares inermes frente al accionar de las fuerzas armadas, la policía, los grupos de choque, con el asesoramiento nada menos que de Billy Joya, el jefe de los escuadrones de la muerte de la última dictadura durante los siniestros años ochenta, y el apoyo logístico de la base norteamericana de Palmerolas. La política del gobierno de facto de represión selectiva, el ataque a los medios de comunicación antigolpistas, los asesinatos durante estos dos meses, que según las organizaciones de derechos humanos se cuentan ya por varias decenas, las violaciones de mujeres a manos de los militares y la policía, las torturas y las detenciones, así como el reciente ataque con bomba a las instalaciones del Canal 36 (Cholusat Sur), exigen en forma urgente la organización de la autodefensa obrera y popular, en la perspectiva de organizar las milicias obreras, campesinas y populares que puedan no sólo garantizar la defensa de las masas en lucha sino dividir la base del ejército, ganando a los soldados y la tropa, que hoy permanecen bajo el mando de la oficialidad golpista.
La única perspectiva realista es profundizar la movilización, generalizar los bloqueos y organizar una verdadera huelga general indefinida hasta derrotar el golpe. Hasta el momento, los miles de trabajadores de las maquilas son rehenes de la patronal y los golpistas. Micheletti y los grandes empresarios maquileros vinculados a la exportación de textiles hacia los Estados Unidos, han explotado su posición dominante y hegemónica dentro de la empresa privada para aterrorizar a los obreros y movilizarlos a favor del golpe, bajo la amenaza de ser despedidos, aprovechando que es un sector desorganizado de la clase obrera. Desde el golpe de Estado, los capitalistas hondureños han despedido a 6000 trabajadores, ya que decidieron cerrar unas 58 empresas. Es imprescindible que las centrales sindicales y el Frente Nacional contra el Golpe de Estado, tengan una política para ganarse el apoyo de los batallones clave de la clase obrera nacional, especialmente el caso de los trabajadores de la empresa privada, los cuales, además de su posición medular en la producción de las mercancías necesarias para la vida; son la mayoría aplastante de la fuerza laboral del país. Para esto es necesario que la dirección de la resistencia levante un programa que ligue claramente la lucha contra el golpe a la lucha contra la burguesía hondureña y el imperialismo.
Los partidos patronales y las instituciones del régimen, el Congreso, la Corte Suprema de Justicia, las Fuerzas Armadas y las iglesias católica y evangélica, además de la patronal, están comprometidas con el golpe y con la constitución de 1982 redactada bajo tutela imperialista, a la salida de la última dictadura. Es necesario demoler este régimen patronal y proimperialista, y que un gobierno provisional de las organizaciones obreras y campesinas antigolpistas convoquen a una Asamblea Constituyente Revolucionaria que ponga en discusión la organización del país; que tome la resolución de las demandas de los campesinos sin tierra, mediante una profunda revolución agraria que liquide los residuos semifeudales y de servidumbre que prevalecen en el campo; y que abra la perspectiva de romper con la opresión imperialista histórica que ha sufrido el pueblo hondureño. Las ocupaciones de tierra en el norte del país, combinadas con la acción de los trabajadores de la ciudad; reflejan con toda claridad que sólo mediante la alianza más estrecha entre los trabajadores de la ciudad y del campo junto a los campesinos pobres, será posible romper con el atraso, la opresión y la miseria del país. Esto significaría un enorme paso adelante en la experiencia de los trabajadores, los jornaleros del campo, los campesinos pobres y los sectores populares hacia la lucha por un gobierno obrero, campesino y del pueblo pobre basado en organismos de autodeterminación de masas.

Por la movilización en toda América Latina contra el golpe en Honduras
Sólo la acción independiente y radicalizada de los trabajadores y el pueblo pobre hondureño, en conjunto con la movilización más amplia en Latinoamérica; pueden lograr una caída revolucionaria de los golpistas. Es necesario redoblar los esfuerzos y organizar la solidaridad de los pueblos del continente en la lucha contra el golpe. Chávez, Evo Morales, Ortega y otros líderes del ALBA sólo han hecho declaraciones, pero lejos de llamar a la movilización generalizada activa en todo el continente, han permitido en los hechos, más allá de la retórica, que el imperialismo lleve adelante su política de negociación, alentando de esta manera ilusiones en el gobierno de Obama, el mismo que acaba de instalar siete nuevas bases militares en Colombia.
Si la derecha y Micheletti se legitiman y consolidan definitivamente en Honduras, una nueva correlación de fuerzas puede surgir en Latinoamérica, más favorable para el imperialismo norteamericano y su ofensiva sobre los pueblos del subcontinente. Pero una victoria de los trabajadores, los campesinos y el pueblo pobre hondureño, sería un ejemplo para frenar al imperialismo y a las burguesías semicoloniales de la región.
Desde la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional ponemos todas nuestras fuerzas a disposición de la lucha contra el golpe de Estado en Honduras y por la victoria de la resistencia. Llamamos a desplegar la movilización más amplia a nivel internacional hasta que caigan los golpistas y a llevar adelante la solidaridad internacionalista.
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Fracción Trotskista - Cuarta Internacional:

PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas) de Argentina
LTS-CC (Liga de Trabajadores por el Socialismo - Contracorriente) de México
LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia
LER-QI (Liga Estrategia Revolucionaria) de Brasil
Clase contra Clase de Chile
LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de Venezuela
LRS (Liga de la Revolución Socialista) de Costa Rica
Clase Contra Clase del Estado Español
FT Europa

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Llamado a la movilización más amplia en Costa Rica hasta que caigan los golpistas


Por la movilización más amplia en Centroamérica y Costa Rica hasta que caigan los golpistas en Honduras

Convirtamos a la Universidad de Costa Rica en un motor activo de solidaridad internacionalista con la resistencia

Solo con la movilización más amplia en Latinoamérica derrotaremos a los golpistas

1) En el marco de la VI Conferencia Internacional de la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional (FT-CI), realizada en Buenos Aires durante más de una semana desde el 8 de agosto, hemos acordado impulsar una gran campaña internacionalista contra el golpe de Estado en Honduras, perpetrado por la derecha hondureña y en claro asocio con el imperialismo norteamericano. Durante más de dos meses de heroica resistencia del pueblo hondureño, nuestras distintas organizaciones han impulsado actos en solidaridad con la resistencia, convocando a concentraciones y movilizaciones frente a las embajadas de Honduras o Estados Unidos en países como Argentina, Chile, México, Brasil, y otros donde actuamos. Luego de discutir en el marco de la VI Conferencia sobre la situación de Latinoamérica y las perspectivas que se abren con el golpe en el hermano país centroamericano, hemos asumido como una de nuestras tareas vitales a nivel internacional, impulsar con todas nuestras fuerzas la movilización más amplia hasta que caigan los golpistas, tal como lo hicimos en su momento contra la guerra en Irak en el 2003, o en apoyo a la Comuna de Oaxaca en México durante el 2006. Entendemos que el golpe de Estado en Honduras, podría definir una nueva relación de fuerzas en toda América Latina. El golpe de Estado pone a la orden del día la necesidad de la unidad más amplia en la acción, como condición insustituible para impulsar la movilización de las masas contra el golpe a nivel internacional.

2) Aunque el Plan Arias y la “Declaración de San José”, junto a la actuación timorata del propio Zelaya le permitieron ganar tiempo a Micheletti y a sus allegados, la resistencia del pueblo hondureño no ha sido vencida. A pesar de los vaivenes de Zelaya, que desmoralizó al movimiento de masas en varios períodos con su indecisión y con su estrategia de regreso “diplomático” (negociado desde las alturas entre organizaciones como la OEA, Óscar Arias, Hillary Clinton y los golpistas) a la presidencia, las masas siguen heroicamente en las calles. A pesar de los límites impuestos por Zelaya y la dirección pacifista del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado al movimiento de masas, los trabajadores, los estudiantes y el pueblo pobre siguen dando muestras de una enorme combatividad.

3) No exageramos si afirmamos que en Honduras en estos momentos se define una nueva correlación de fuerzas en América Latina. En los últimos años la derecha ha venido asomando la cabeza con fuerza en el subcontinente, como lo demuestra el fortalecimiento de una oposición burguesa de ultraderecha en los departamentos de la Media Luna en Bolivia, como ha sucedido en Argentina con el fortalecimiento en el último período de la oposición sojera (grandes terratenientes y agroindustriales), o más recientemente como ha venido sucediendo en Centroamérica y especialmente en Nicaragua (con el fortalecimiento de Montealegre), o en Guatemala como recientemente se vio con el caso Rosemberg. En Honduras los sectores burgueses más pro imperialistas lograron asestar uno de los primeros golpes que ya venían ensayando a nivel internacional en los últimos años, y el imperialismo norteamericano se ha demostrado como uno de sus principales pilares, más allá de sus pronunciamientos vacíos por la democracia y a favor del “orden institucional”. La victoria o la derrota del movimiento de masas hondureño, podría abrir una nueva correlación de fuerzas en la región, lo que nos pone a los revolucionarios ante una prueba de fuego ante los primeros embates de la peor crisis capitalista en 80 años. Estamos frente al primer golpe militar en poco más de tres décadas, y esto no solo pone a prueba el programa de los revolucionarios, sino la propia capacidad de respuesta en la realidad de la lucha de clases.

4) Todos los elementos de la situación actual parecen indicar que estamos asistiendo a los inicios de la decadencia política del chavismo como corriente política de peso entre amplios sectores de la vanguardia y las masas latinoamericanas. El proyecto nacionalista burgués de Chávez, no solo se ha demostrado incapaz en su propio país de darle salida a las demandas históricas de los trabajadores y el pueblo pobre; sino que ha confirmado su incapacidad de enfrentar consecuentemente al imperialismo, demostrándose totalmente impotente tan solo para enfrentar un golpe de Estado sostenido por el imperialismo y la derecha en un país como Honduras. Chávez no solo entregó primero en bandeja de plata la mediación frente al golpe a la OEA y a Hillary Clinton (después de decir que iba a quebrar “desde afuera y desde adentro” a los golpistas), sino que se ha demostrado incapaz de convocar a grandes acciones de masas en los distintos países donde ha tenido influencia. Esto solo significa mayores responsabilidades para los revolucionarios, y nuevos desafíos para enfrentar al imperialismo y la reacción burguesa latinoamericana.

5) Como ya se adelantaba, la situación vivida en Honduras amerita que impulsemos las más grandes acciones posibles, como en los mejores tiempos de la campaña internacional contra la guerra en Irak, o más recientemente la solidaridad con los trabajadores y el pueblo pobre que sostuvieron a la Comuna de Oaxaca. La diferencia ahora, es que la situación abierta en Honduras es de vida o muerte para los trabajadores y los pueblos pobres de Latinoamérica, y especialmente para los revolucionarios y sus organizaciones; incluida Costa Rica, que directa e indirectamente se ve arrastrada a los acontecimientos de la lucha de clases en la región, como sucedió durante los ’70 y ’80, y ahora con el régimen golpista (legitimado abiertamente por el imperialismo norteamericano a través de Óscar Arias).

6) Aunque luego de los primeros días del golpe militar surgió en Costa Rica un “Comité de Solidaridad con el Pueblo Hondureño”, y a pesar de su indiscutible progresividad, este no ha logrado vincularse por ejemplo con los miles de trabajadores afiliados a los sindicatos, o los estudiantes universitarios o secundarios. Esa situación preocupante (en donde la movilización más grande fue de casi 100 personas hacia la casa de Óscar Arias cuando comenzaba el diálogo entre las delegaciones de Micheletti y Zelaya) puede tener su explicación para los primeros días y semanas siguientes al golpe, ya que habían vacaciones en secundaria y en las principales universidades del país; pero en estos momentos, con las lecciones ya iniciadas en la secundaria y en las universidades, es más difícil argumentar por qué no hemos sido capaces de poner en pie un gran movimiento de los trabajadores, los estudiantes y la juventud contra el golpe.

7) Recientemente los compañeros del MAS, que dirigen la federación universitaria de la UCR, organizaron y convocaron a un concierto con la asistencia de unas 6 mil u 8 mil personas, alrededor esencialmente de la demanda de un 8% del PIB para la educación. A la vez que no dejamos de saludar esta importantísima iniciativa, que compartimos y estamos dispuestos a potenciar todo cuanto podamos, adquirimos conciencia de que los compañeros del MAS, desde la dirección de la federación podrían convocar a grandes acciones, incluso con el eje del repudio al golpe de estado y a la solidaridad con el pueblo de Honduras. No se puede descartar la posibilidad de impulsar este tipo de grandes acciones (como grandes encuentros, festivales, conciertos, etc), pero esta vez bajo las banderas de un internacionalismo activo, contra el golpe de y en apoyo a la resistencia.

8) Es necesario un espacio permanente, compuesto por estudiantes y trabajadores de la UCR, que sirva como un instrumento de organización y movilización contra el golpe. Hasta el momento se han dado algunas actividades, como las impulsadas en su momento por el Consejo de Estudiantes de Sociales (CES), pero igualmente se han reducido a las asociaciones estudiantiles de C.S o a los activistas políticos de los distintos grupos, todavía más cuando se realizaron durante las vacaciones. Un espacio permanente y que aspire a dirigirse a las decenas de miles de estudiantes, sigue siendo una necesidad en la UCR. Es necesario llenar la UCR de muestras de solidaridad con la resistencia del pueblo de Honduras. Es por eso que le hacemos un llamado a los compañeros del MAS, JS, POS, a la JR a que lo impulsemos juntos, en frente único con todas las organizaciones estudiantiles, sindicales y de derechos humanos para expresar en toda la Universidad (con todos los métodos posibles) nuestro repudio al golpe de estado y nuestro apoyo a la resistencia del pueblo hondureño. Esperamos su respuesta con la urgencia del caso, para unir fuerzas y desarrollar la más amplia movilización hasta que caigan los golpistas.

Con saludos fraternales,
Liga de la Revolución Socialista

Lunes 31 de agosto de 2009

Se realizó la VI Conferencia de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional


por : Fracción Trotskista - Cuarta Internacional
Jueves 20 de agosto de 2009

Durante más de una semana se reunieron en Buenos Aires delegaciones de las organizaciones hermanas de Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, México, Costa Rica, Venezuela, Francia (incluyendo los delegados del ex Groupe CRI) y el Estado Español para participar de la VI Conferencia de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional. Los principales temas abordados, con una intensa y productiva discusión fueron: Situación mundial, América Latina, la lucha por la Cuarta Internacional y las vías para su reconstrucción, y la discusión sobre la situación nacional y la construcción de la FT en los distintos países (Argentina, Brasil, Francia, Venezuela, Bolivia, México, Chile, Costa Rica, etc.). Como base para la discusión se presentaron dos documentos centrales: “A casi un año de la caída de Lehmann Brothers. Situación y perspectivas de la economía mundial”, y “La importancia del programa y el álgebra de nuestra construcción”. Además, se presentaron documentos nacionales y de construcción por cada uno de los grupos de América Latina y Europa y se contó con aportes sobre “La coyuntura latinoamericana” y “La lucha por la IV Internacional y el internacionalismo orgánico” además de contribuciones de los camaradas de Francia. La reflexión común y las intervenciones de los delegados permitieron, no sólo profundizar la elaboración colectiva, sino constatar el dinamismo y desarrollo de los jóvenes equipos dirigentes de nuestras organizaciones. Presentamos a continuación, de forma muy condensada, algunas de las principales discusiones de esta conferencia.

El Año I de la crisis mundial
Honduras y las tendencias en América latina
La lucha por la Cuarta Internacional y la vanguardia obrera

lunes, 29 de junio de 2009

¡Abajo el golpe en Honduras! Declaración de la FT-CI

Por la más amplia movilización en toda América Latina para derrotar a los golpistas

Por Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional (FT-CI)
Lunes 29 de junio de 2009

La mañana del 28 de junio ha sido testigo de un nuevo golpe militar en Centroamérica, esta vez en Honduras, donde la ultraderecha acuerpada tras las Fuerzas Armadas pero en coordinación con el Tribunal Electoral, los Tribunales de Justicia y el Parlamento, han destituido por la fuerza al Presidente constitucional Manuel Zelaya. Luego de que poco más de 200 militares rodearan la residencia personal de Zelaya, se produjo un enfrentamiento entre los escuadrones del Ejército y la guardia personal del mandatario, y este fue secuestrado y expulsado del país.

Es un golpe que cuenta hasta el momento con el apoyo de las principales fracciones de la burguesía, la oposición parlamentaria, la Corte Suprema y las Fuerzas Armadas, con la complicidad también de la jerarquía de la Iglesia Católica y las iglesias evangélicas, quienes participaban de la oposición a la consulta, de un carácter similar al que intentó la reacción venezolana en el 2002. Un golpe de Estado que al momento que escribimos esta declaración ha sido repudiado por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos. El gobierno norteamericano de Obama condenó la acción contra Zelaya pero llama al "diálogo pacífico" con los golpistas y evita mencionar que hubo un golpe de Estado en Honduras.

Luego del potente operativo militar, Zelaya fue llevado a una base aérea en las afueras de la ciudad, y trasladado de inmediato por los golpistas a Costa Rica, país en donde se encuentra y desde donde ha llamado a la condena internacional a su secuestro y al golpe de Estado. Luego del golpe militar, parte importante de su gabinete fue detenido, como la ministra de Relaciones Exteriores, Patricia Rodas que se encuentra secuestrada, además de la detención y golpes contra los diplomáticos de Venezuela y Cuba, decretando el toque de queda, una medida abiertamente reaccionaria y represiva. Al mismo tiempo suspendieron las señales de los canales del Estado desde primera hora, cortadas todas las señales de las radioemisoras, mientras las televisoras opositoras pasaban dibujos animados.

La situación es muy tensa y sigue complicándose minuto a minuto en Tegucigalpa – la capital hondureña – y en otras ciudades del interior del país, en donde según las últimas informaciones las Fuerzas Armadas se han movilizado para suspender el fluido eléctrico, el transporte público así como las comunicaciones de radio y televisión; al mismo tiempo que rodean la Casa Presidencial con tanques y armamento de guerra frente a miles de manifestantes que se han dirigido al lugar para solidarizarse con Manuel Zelaya y repudiar el golpe de Estado.

Un duro golpe reaccionario de la ultraderecha hondureña
Las fricciones entre los distintos sectores de la clase dominante hondureña se incrementaron en los últimos meses, y definitivamente pegaron un salto cualitativo en la última semana. Primero fue la incorporación de Honduras al ALBA y a PETROCARIBE a iniciativa de Manuel Zelaya lo que molestó a los sectores más reaccionarios y proimperialistas de la burguesía hondureña, luego fue el decreto de aumento salarial que ordenó el Presidente y que colmó la paciencia de los industriales (especialmente los maquileros); y finalmente la intención del mandatario de hacer una consulta popular para este domingo 28 de junio, en donde se le consultaría al pueblo su disposición a colocar una “cuarta urna” en las elecciones nacionales el domingo 29 de noviembre, con el fin de reformar varios artículos de la Constitución Política, como el que tiene que ver con la reelección presidencial. Esta última iniciativa, que fue “la gota que derramó el vaso”, no le cayó nada bien a varios sectores de la patronal hondureña que salieron a plantear que la iniciativa era “ilegal, inconstitucional y antidemocrática”. Así mismo desplegaron todo un movimiento nacional de repudio a la iniciativa del Presidente, ya que según los sectores que adversan la consulta y las reformas, éstas atentan contra la “alternabilidad” y la “democracia”. Este sector de la patronal, amparado tras la fachada de la “alternabilidad” ha protagonizado sin duda alguna un reaccionario golpe militar, que hace recordar los distintos regímenes que a sangre y fuego gobernaron Honduras entre 1956 y 1982, año en que se dio el regreso a la “democracia” en este país.

Desde el pasado jueves 25 de junio se desarrollaron los primeros ensayos de golpe militar contra el gobierno de Zelaya. Desde ese día las principales calles de Tegucigalpa amanecieron repletas de efectivos de las Fuerzas Armadas, luego de que el Presidente destituyera en la noche del miércoles al jefe militar Romeo Vázquez Velázquez y aceptara la renuncia del Ministro de Defensa Edmundo Orellana, ambos separados de sus cargos después de haberse negado a darle resguardo a las papeletas para la consulta popular programada, convocada y organizada por el presidente para este domingo.

La operación militar para la detención del Presidente Zelaya así como su expulsión abierta del país, constituyen el corolario de los sucesos desarrollados en el país en las últimas dos semanas, donde se suscitaron intensas movilizaciones tanto a favor como en contra de la iniciativa consultiva para la “cuarta urna”. El clima político se tensó prácticamente al máximo, al punto de que no solo los partidarios del presidente tomaron las calles, sino que los empresarios unificadamente con los reservistas de las FF.AA. se han movilizado.

La ultraderecha hondureña, aprovechando el acercamiento cada vez más estrecho del gobierno de Zelaya con PETROCARIBE, el ALBA, así como con los gobiernos de Venezuela y Nicaragua; ha venido agitando la campaña de una intromisión de Chávez en los asuntos nacionales. Esta ha sido de cierta forma la cobertura que ha utilizado el sector agrupado tras Roberto Micheletti y la oposición burguesa al gobierno para pasar a la ofensiva, pero esta vez alrededor de las bandas armadas del Estado.

Por la defensa de las libertades democráticas conquistadas por el pueblo hondureño. Abajo el golpe de Estado.
Aunque el Congreso ha anunciado después del golpe militar que quien asume la Presidencia de la República es el presidente del Congreso Roberto Micheletti, y un sector de la patronal habla de “alternabilidad” y “representatividad”, no hay que olvidar precisamente que el acontecimiento que se ha desarrollado en las últimas semanas consiste precisamente en un golpe apoyado en la fuerza del Ejército, es decir, eminentemente militar; más allá de que aún no hayan suscitado aplastamientos físicos sobre el movimiento obrero y popular. Micheletti asume la Presidencia, lo hace bajo el paraguas de las Fuerzas Armadas, que para proteger al régimen capitalista y la propiedad privada de los medios de producción, utilizarán la fuerza de las armas para sofocar cualquier oposición política movilizada en las calles, y casi matemáticamente procediendo al recorte de las más elementales garantías democráticas; tal y como ya viene aconteciendo con el bloqueo de los transportes públicos, las comunicaciones, o la energía eléctrica, que afecta desde luego el derecho básico a la reunión que tienen los trabajadores y el pueblo pobre hondureño.

El golpe militar contra Manuel Zelaya y el nuevo gobierno de facto impuesto no dudará un instante en utilizar las fuerzas armadas para reprimir la movilización de sectores opositores. Esto facilita las condiciones para el surgimiento de una sangrienta dictadura, que no tendrá más que a los trabajadores y a los oprimidos como objetivos centrales, como ha sucedido ya en otros países latinoamericanos, como el caso de Argentina o Chile cuando las clases dominantes han sentido necesidad de optar por regímenes contrarrevolucionarios para proteger sus negocios.

Por el repudio nacional contra el golpe de Estado y la movilización internacional para parar a los golpistas
Los socialistas revolucionarios de la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional (FT-CI) caracterizamos al gobierno de Manuel Zelaya como un gobierno burgués que representa los intereses de un sector del empresariado hondureño. Este sector del empresariado, indudablemente ha venido beneficiándose cada vez más preponderantemente de los acuerdos en el marco del ALBA y PETROCARIBE – impulsado a su vez por algunas fracciones de las burguesías latinoamericanas – que, en medio de la peor crisis capitalista mundial en 80 años, se han convertido en un respiro para sus negocios. Esta situación le ha molestado a otro sector del empresariado, que a pesar de tener garantizado su “derecho” a la propiedad privada y a la explotación – pero más que todo vinculado a la economía norteamericana –, ve en peligro su posibilidad de regresar a la presidencia de la república de aplicarse las reformas constitucionales de reelección planteadas por Zelaya, por otra parte cada vez más cerca de Chávez, Ortega, y Morales.

Desde la FT-CI no compartimos el proyecto político de Zelaya, que consiste en tibias y pequeñas reformas en el marco del capitalismo. Más allá la demagogia de la derecha que habla de alternancia y representatividad, nos pronunciamos categóricamente contra el golpe de Estado. Por eso llamamos a las distintas organizaciones obreras, socialistas y por los Derechos Humanos a nivel internacional, a organizar marchas y concentraciones frente a las embajadas de Honduras, y llamamos a defender los derechos de los trabajadores y el pueblo pobre a la reunión, a la manifestación, a su organización y a la libre difusión de sus ideas mediante los medios que sean necesarios.

Solo los trabajadores, con sus propios métodos de lucha pueden defender las garantías democráticas
El golpe militar suscitado en Honduras, con la impotencia desoladora del Ejecutivo como testigo, no hace más que confirmar que la democracia solo puede ser resguardada por la clase obrera, sus métodos y acciones de lucha. Manuel Zelaya, entre su política de programa de reforma capitalista, no ha hecho más que darle todo el tiempo necesario a la derecha para organizarse y pasar a la ofensiva. El propio Ejército, sobre el que se apoyó durante todo su gobierno, lo ha volteado y lo ha derrocado.

Ante el nuevo escenario peligran más que nunca las garantías democráticas conquistadas por los trabajadores y el pueblo de Honduras. Estas libertades democráticas deben ser defendidas por los trabajadores mediante sus propios métodos de lucha: los paros, los piquetes, la ocupación y el control obrero de las empresas de los capitalistas, y la huelga general. Así también los trabajadores deben estar alertas, pues para enfrentar una eventual represión armada, es necesario organizar comités de autodefensa, en la perspectiva de construir potentes milicias obreras y campesinas que preparen el armamento general de la población para evitar futuras matanzas.

Es preciso condenar abiertamente el intento golpista en curso y llamar a la más amplia movilización en Honduras y en toda América Latina para evitarlo, impulsando la solidaridad con los trabajadores y el pueblo hondureño que comienzan a salir a las calles, y en contra de toda represión contra los mismos. Hay que exigir a los gobiernos de la región a que repudien el golpe y desconozcan el gobierno de Micheleti o cualquier otro títere que quieran poner surgido del golpe y rompan relaciones con los golpistas. En particular, es preciso apelar a la acción directa mediante la huelga general y la movilización generalizada de la clase obrera y las masas populares hondureñas para derrotar hasta el final este golpe de Estado y garantizar las verdaderas libertades democráticas y todos los intentos de la reacción. Planteamos esta salida, a la vez que llamamos a los trabajadores a luchar por una salida de su propia clase, independiente, tanto frente a la oposición burguesa como frente al proyecto reformista de Zelaya, que no hace más que preparar grandes derrotas y aplastamientos sangrientos para las masas obreras. Todo lo anterior, en el marco de la lucha por un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre en Honduras; única forma de lograr la garantizar un régimen verdaderamente democrático y representativo que refleje directamente la voluntad de millones de trabajadores.

miércoles, 24 de junio de 2009

Ante la represión policial sufrida por los anarquistas...

¡Preparemos una gran campaña contra la represión gubernamental sobre el movimiento obrero y popular!


Por Mijaíl Bodrov
El primero de mayo anterior, estuvo presente un grupo de compañeros anarquistas. Ya avanzada la manifestación, fueron cercados por cuerpos represivos y posteriormente reprimidos, culminando con varios de sus miembros detenidos; esto con la completa complicidad de varios burócratas sindicales presentes. Los compañeros detenidos fueron expuestos a la represión física y psicológica de parte de la Fuerza Pública dentro de la delegación de Barrio México a la que fueron llevados.

Unas horas después de estos hechos, ya se habían definido las opciones de castigo de la mano de la recién aprobada ley de flagrancia: o cárcel o pagos millonarios.

Desde la LRS creemos que lo sucedido el primero de mayo no puede pasar inadvertido pues deja planteado un serio y peligroso precedente para todo el movimiento obrero, ya que en medio del agudizamiento de la crisis capitalista y previendo las posibles consecuencias en el nivel de la lucha obrera y popular, la burguesía viene de aprobar no sólo los juicios por flagrancia, sino su arma jurídica más “afilada”: la ley antiterrorista. Desde hace varios meses venimos alertando (tristemente en solitario) sobre esta ley y sus consecuencias directas como la penalización de la movilización y la organización de los sectores obreros desde los más combativos hasta los más conservadores.
La represión a los compañeros anarquistas no sólo persigue atemorizar a los detenidos, sino intimidar a toda la vanguardia del movimiento obrero; siendo el 1º de mayo un primer “test” de la nueva legislación jurídica de la burguesía.

Como marxistas revolucionarios tenemos importantes diferencias estratégicas con los compañeros anarquistas en cuanto a como transformar la sociedad capitalista en la que vivimos; sin embargo estas diferencias estratégicas no son ningún impedimento para solidarizarnos incondicionalmente ante la brutal represión de la que fueron objeto, y llamarlos a unir fuerzas para enfrentarla.

Otros compañeros también han sido víctimas ya de la represión, como lo fueron los compañeros de la FES que se manifestaron ante el Ministerio de Educación hace algunos meses y que tendrán el próximo 16 de junio una audiencia a juicio; lo que se convierte en otro caso necesario para rodear de solidaridad .

En el marco de la jornada de movilización de este 5 de junio, creemos urgente organizar desde la vanguardia del movimiento obrero una campaña contra la represión que viene sufriendo la protesta popular, articulada al principal eje de lucha actual: la lucha contra el Plan Escudo y sus implicaciones para la clase trabajadora y los sectores populares, pues de lo contrario el gobierno y la burguesía se envalentonarán y las consecuencias para todas las y los luchadores podrían ser nefastas. Hacemos este llamado a los compañeros de los sindicatos, organizaciones de derechos humanos y populares y en primer lugar a las que se reclaman obreras y socialistas.

¡Abajo la Ley de Flagrancia! ¡Derogatoria de la Ley Antiterrorista!

El gobierno de los hermanos Arias en una crisis crónica

Por Johanán León

Desde su primer año el gobierno arista ha sido atravesado por deserciones de ministros vinculados a fraudes y escándalos de variada índole, pero en los últimos meses conforme la fracción arista entra en la recta final de su administración, las renuncias se han incrementado, lo que de la mano de la crisis capitalista puede convertirse en un factor de vulnerabilidad para el régimen de los hermanos Óscar y Rodrigo Arias Sánchez.
Las bajas y los escándalos en el gobierno van en aumento
La lista comienza en el 2006, durante el primer año de mandato de Oscar Arias cuando el entonces presidente del ICE, Jorge Gutiérrez, anunciara su renuncia por diferencias en cuanto a algunos detalles de la apertura en telecomunicaciones (El Financiero, 16/9/2006).
En el 2007 el ministro de producción Alfredo Volio abandona su ministerio para entrar de lleno a la coordinación de la campaña del “sí al TLC”. En ese año se dio también el escándalo con fondos provenientes de Taiwán, fraude en el que estuvo implicado el canciller Bruno Stagno (D. Extra, 25/6/2007). Meses después se efectuó la renuncia que cobró más revuelo en la opinión pública ese año: la del vicepresidente de la República y Ministro de Planificación y Economía, Kevin Casas (Nación, 23/9/2007), quien elaboró toda una estrategia política sustentada en la extorsión mediática sobre los el grueso de los trabajadores del sector privado, y demás sectores de la población, en el marco de la lucha contra el TLC. A raíz de este escandaloso hecho, el diputado Fernando Sánchez sobrino de los Arias y coautor de este documento tuvo que abandonar varias comisiones legislativas que estaban a su cargo.
Durante el 2008, se fue el Ministro de Seguridad Fernando Berrocal, con el trasfondo de sus declaraciones de que existían grupos y políticos ligados a organizaciones terroristas en el país ante lo que el gobierno prefirió evitar un empantanamiento de varios proyectos legislativos como la ley antiterrorista y de la propia agenda complementaria (Al Día, 30/3/2008). Ya en julio de ese año renuncia el Ministro de Vivienda, Fernando Zumbado (Nación, 5/8/2008), enfrascado en el escándalo de los derroches de recursos provenientes del BCIE; luego en octubre se va Laura Chinchilla, Vicepresidenta y Ministra de Justicia, pero para iniciar el proceso de su candidatura hacia las elecciones del 2010 (Nación, 8/10/2008).
En este 2009 sin embargo, en los primeros meses los escándalos que protagonizan varias “fichas” del gobierno llevan un ritmo veloz. En febrero renuncia el gerente del Banvhi Ennio Rodríguez al descubrirse el costoso almuerzo pagado con dineros de esta institución y en el que participó también Clara Zomer, aunque esta lograra con el apoyo del gobierno evitar la suerte de su colega (Prensa Libre, 5/2/2009).
Le siguió el Ministro de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, Roberto Dobles, a quien se le descubrieron concesiones mineras hechas a familiares suyos, lo que le costó la renuncia (D. Extra 7/3/2009).
También el presidente de la Comisión Nacional de Emergencias, Daniel Gallardo, renunció, al ser cuestionado por compras que dicha entidad realizó a antiguos clientes suyos y además por la “piñata” hecha con donaciones y recursos supuestamente destinados a los damnificados por el terremoto de Cinchona (Prensa Libre, 19/3/2009), este caso llegó al punto de que la CNE fue allanada el pasado 31 de marzo por el OIJ (Nación, 1/4/2009). Por último tenemos al presidente del ICE, Pedro Pablo Quirós, asistiendo a un matrimonio en un helicóptero de la institución (Nación, 25/3/2009); el presidente del IFAM enfrascado en irregularidades con el presupuesto de esa institución que incluso llevó a despidos de trabajadores (Nación, 21/3/2009); y los últimos en abandonaron sus cargos con miras a las elecciones del año 2010 son el Ministro de Hacienda, Guillermo Zuñiga y el Ministro de Turismo Carlos Benavides (D. Extra, 24/3/2009), además de la renuncia de ministra de la mujer (Prensa Libre, 1/5/2009).
La táctica del gobierno: sacrificar ministros para mantener estable el régimen de los empresarios
Al darse la renuncia del presidente del ICE y posterior a esto, durante el periodo del referéndum sobre el TLC, e incluso hasta la salida de Fernando Berrocal; el gobierno trataba de descomprimir la situación política con el fin de avanzar en la aprobación del TLC y sus leyes paralelas. Pero ya en los casos presentados durante el 2008 y este año, mientras la crisis ha venido impactando cada vez más a la clase trabajadora, la salida de personajes de su gabinete persigue evitar el desprestigio del gobierno y la institucionalidad del régimen en momentos donde la situación económica y sus primeras consecuencias combinadas con el descontento e indignación de parte de los trabajadores pueden provocar situaciones convulsas para la burguesía; es por eso que el gobierno se esfuerza en mantenerse estable por lo menos hasta lograr avanzar en el tema de la Asamblea Constituyente, lo que le daría al gobierno de turno un mayor margen de maniobra para afrontar la crisis capitalista y sus efectos junto con posibles respuestas de los oprimidos en el país.

Las ventajas de la burguesía y las tareas del movimiento obrero
Si bien estas salidas y escándalos han ocasionado fricciones entre distintos sectores de la burguesía (partidos políticos, medios de comunicación, cámaras empresariales), la burguesía de conjunto sabe que debe esforzarse por mantener su régimen lo más estable posible al menos hasta el próximo recambio gubernamental, logrando que este espejismo logre seguir conteniendo el descontento de grandes sectores de la población pobre tal como lo vienen haciendo desplegando campañas publicitarias y noticias sobre los precandidatos de las distintas fracciones de la burguesía (PLN, PAC, ML, otros).
Otro factor que los empresarios vienen explotando es que hay un nivel de movilización bajo de parte de los sectores que están recibiendo los golpes de la crisis capitalista, y que serán doblemente afectados por las medidas contenidas en el Plan Escudo que el gobierno pretende llevar adelante para garantizarle una buena situación a los patrones en medio de la turbulencia que apenas comienza. Pero a pesar de lo anterior, la crisis no deja de plantear un periodo convulso, que en cualquier momento podría complicar aún más los planes de la burguesía.
Desde la LRS creemos que todos los esfuerzos de los sectores del movimientos obrero deben volcarse a revertir la actual situación de dispersión y pasividad, y solo lo lograremos unificando los distintos ejes de lucha como la pelea contra los despidos, suspensiones, y rebajas salariales en las empresas privadas; las luchas por mejores condiciones laborales en el sector público; contra el recorte del presupuesto en las instituciones del estado; la lucha contra la represión y la derogatoria de la ley antiterrorista, así como la lucha en contra de los cobros en materia de propiedad intelectual vinculada con la urgencia derogar el TLC. No nos cansaremos de denunciar a toda organización política o sindical que en aras de figurar u obtener beneficios para algún burócrata, sea partícipe de la estrategia empresarial de dividir las luchas. Apostamos a pelear porque se efectúen acciones que escalen hasta alcanzar a los distintos sectores de trabajadores del país.
Sólo si golpeamos juntos y nos organizamos, mediante Comités obreros, en los que participen trabajadores y trabajadoras del sector privado y público, estudiantes, amas de casa, y otros sectores; podremos enfrentar y derrotar el Plan Escudo del gobierno, y ayudar a que de la mano de la crisis, sus fricciones y las de su régimen de patrones se aceleren abriendo el paso a grandes acciones de movilización de los oprimidos.
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La cronología política de la crisis
Por Brayan Brenes
El gobierno de Óscar Arias, como se ha mencionado, viene de una crisis crónica; herencia en cierta forma de la administración de Abel Pacheco. El TLC con Estados Unidos le costó a la administración arista numerosas bajas, esencialmente por la tensión acumulada en las filas de la propia burguesía respecto a la necesidad de aprobar el “tratado” (la estrategia para la victoria “del sí” de Kevin Casas por ejemplo) y por la movilización callejera, que no hizo más que aumentar desde el año 2003 hasta el 30 de setiembre de 2007 (el día de la última gran marcha contra el TLC), es decir, hasta apenas una semana antes del Referéndum sobre el TLC del 7 de octubre de ese año.

Ya desmantelada buena parte de la organización que se había construido al calor de la lucha contra el TLC (mediante el referéndum y el conjunto de la maquinaria institucional), el gobierno se permitió no solo pasar a la ofensiva con las Leyes de Implementación del “convenio” –aprobadas sin una sola movilización callejera-, sino que le dio un impulso considerable para aprobar otras iniciativas como la Ley Antiterrorista, dirigidas contra el movimiento obrero y popular bajo el pretexto de la “seguridad ciudadana”. Este conjunto, de aprobación de Leyes de Implementación del TLC y leyes represivas, se desarrolló entre finales de 2007 y la primera mitad de 2008; pero en la segunda mitad de ese año la sombra de la crisis capitalista mundial comenzó a aterrorizar los principales círculos de la clase dominante, y para mala fortuna de la patronal costarricense se combinó la propaganda de la posible llegada de carencia, desempleo y mayor pobreza a Costa Rica, con graves casos de corrupción como el del Ministro de la Vivienda Fernando Zumbado, quien en medio de los augurios de crisis y carencia gastó poco más de US 2 millones en “asesorías” y gastos absurdos. Luego siguieron otras renuncias, principalmente en el 2009, como la de Daniel Gallardo y Ennio Rodríguez, ambos por corrupción en el manejo de fondos públicos.

Pero el gobierno se ha visto en cierta forma favorecido para que la crisis acumulada desde el primer año no pegue un salto, en buena medida debido a la neutralización de la movilización de masas, lo que ha sido aprovechado por el gobierno para combinar el recambio de fichas acusadas de corrupción, y por otra parte con algunas concesiones sectoriales de cierta importancia como el aumento de salarios a los docentes (aumentos de percentiles).

En su recta final el gobierno, temeroso de las consecuencias sociales de la crisis capitalista, apuesta a diluir su imagen y su actividad en la vertiginosa campaña preelectoral en miras de las elecciones de 2010. Los hermanos Arias Sánchez y el conjunto de la burguesía esperan a un cambio de régimen para lanzar una Asamblea Constituyente, que podría realizarse en el 2011 después de ser convocada vía referéndum en el 2010.

Artículo para En Clave Revolucionaria Nº15, LRS. 1º de junio de 2009.