martes, 9 de octubre de 2007

¿Qué resolvió la renuncia de Kevin Casas?



Por Tonia Tumánovich, Liga de la Revolución Socialista
8 de octubre de 2007

La renuncia de Kevin Casas a la Vicepresidencia de la República y al Ministerio de Planificación y Economía y del diputado Fernando Sánchez a las comisiones que presidía en la Asamblea Legislativa, producto del memorando redactado por ambos, abrió un nuevo escenario político, el cual demostró la existencia de una fuerte crisis en las alturas del gobierno de los Arias Sánchez (que logró recomponerse en las últimas semanas).

¿Cuál fue la estrategia del gobierno a partir de la divulgación del memorando y renuncia de Kevin Casas?
Como no se logró que la situación de crisis pasara desapercibida y finalmente desembocara en una crisis mayor en el gobierno, la burguesía representada por el comando del “Sí” y los hermanos Arias Sánchez pasaron al contraataque sobre el movimiento del “No”. Aunque ellos aplicaron en su totalidad el memorando de Casas y Sánchez (lo han negado reiteradamente), en las últimas semanas utilizaron toda la maquinaria mediática e institucional a su disposición para hacer una campaña “contraria”, afirmando que el movimiento del “No” es el que aplicó el miedo, las mentiras y la manipulación.

Evidentemente el memorando golpeó la campaña del “Sí”
[1], lo que se reflejó en las encuestas previas al Referendo que reflejaban como ganador al “No”. A pesar de estos últimos datos desde la LRS siempre hicimos un llamado a no olvidar que nos estábamos desenvolviendo en el terreno de la burguesía, y que la única salida para derrotar el TLC es por medio de los métodos de combate de la clase trabajadora, la movilización de masas y la Huelga General. En vez de afirmar que “el Referendo ya está ganado”, como dijo Humberto Vargas Carbonell un miércoles 26 de septiembre, siempre tuvimos un análisis marxista, materialista dialéctico para resistir a una presión enorme; definida por las enormes ilusiones y la borrachera de triunfalismo con el Referendo.

¿Qué política les aseguró la victoria en el Referendo a los hermanos Arias y al gobierno?
El escenario político cambió, es indudable que poco a poco el gobierno de los hermanos Arias logró recomponerse de su crisis. Mediante el desprestigio de los representantes públicos del movimiento del “No”, aunado a la campaña de aislamiento si no se suscribía el TLC, y por supuesto la presión sobre los trabajadores del sector privado (“los de más de 8 horas”); el gobierno logró un resultado favorable de un 51.6%, contra un 48.4% del movimiento del “No”. Este es un duro golpe contra el movimiento de masas, orquestado por todos los oportunistas ajenos a la clase trabajadora que se colaron como “líderes” en el movimiento de lucha contra el TLC: Eugenio Trejos, Rolando Araya, José Miguel Corrales, Ottón Solís, y otros igualmente nefastos.

El “sacrificado” por parte del gobierno, para apostar a la recomposición frente a la crisis fue Kevin Casas, esta renuncia significó que la presión que podía asfixiar al gobierno cediera, en este juego hicieron también muy bien su parte la fracción del PAC, José Merino, Eugenio Trejos, Albino Vargas y Fabio Chávez quienes alegremente felicitaron a Casas por su “digna y valiente” decisión, dejando de lado un aspecto trascendental: eran tan responsables los autores tanto materiales como los intelectuales del memorándum, y por lo tanto se debía exigir la renuncia de los Arias Sánchez. Esto hubiera asegurado una victoria en las urnas del No.

Después del triunfo (provisional) del Sí al TLC en el Referendo, la burguesía, representada por el gobierno, busca nuevamente la estabilidad del régimen, y ha llamado ya a “unirnos todos”; utilizando una imagen de “respeto a los resultados y la decisión del pueblo”, basándose en el discurso de la “democracia y paz de Costa Rica”.
Desde la LRS siempre mantuvimos una política materialista dialéctica, sobria, sin borracheras de triunfalismo; y fuimos casi la ÚNICA organización de izquierda que siempre alertó que el Referendo era una trampa, una “soga al cuello”; y que la burguesía, sus representantes y sus métodos, únicamente nos llevarían a nuevos callejones sin salida y a nuevas derrotas, “como la sufrida por los sectores del "NO al TLC" en las pasadas elecciones del 5 de febrero de 2006; elecciones llamadas por muchos el "Referendo Electoral".
[2] Lo hicimos antes, durante y después del Referendo; fuimos en todo momento consecuentes a pesar de estar en minoría. Fuimos consecuentes a pesar de que por ir contra las ilusiones muchos desearon echarnos a patadas de los comités patrióticos y las asambleas políticas contra el TLC.
Los últimos acontecimientos nos dan la razón, lastimosamente para todos aquellos oportunistas que siempre metieron ilusiones en el Referendo, o que llamaron a la “marcha final de la victoria” el pasado 30 de septiembre. Como decíamos el miércoles 6 de junio, incluso antes de la convocatoria oficial del Referendo: “No hay más alternativa que la lucha de masas (…) El TLC se puede derrotar únicamente con los métodos de lucha de la clase obrera: la Huelga General, los cortes de ruta, las barricadas, los piquetes, el control obrero, y otros igual de contundentes e importantes.”
[3] Por supuesto después de semejante golpe político, la derrota del No en las urnas pone cuesta arriba (aunque no la imposibilita del todo) esta salida de lucha y combate, que es la única que puede llevarnos a la victoria. Seguiremos cabalgando con ella hasta el final, en busca de asumir la defensa de los intereses históricos de la clase trabajadora de manera consecuente.


[1] www. nacion.com. “NO 55%, Sí 43% entre los electores decididos a votar”. 03/10/07
2 Kevin Casas. Carta de renuncia dirigida al Presidente Arias. Pág.1. 22/09/07
3
www.semanario.ucr.ac.cr. “Presidente Arias comprometido con grupos empresariales” Edición 555, del 4 al 10 de octubre de 2007.
[2] Declaración política de la Liga de la Revolución Socialista (LRS) frente al Referendo sobre el TLC. Miércoles 6 de junio de 2007. P, 1. http://lrscostarica.blogspot.com/2007/08/declaracin-poltica-de-la-liga-de-la_26.html
[3] Ídem. P, 2.